De acuerdo con la solicitud de información al Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Oaxaca (IAIPO), los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) han pagado 4 millones 437 mil pesos en recolección, transportación y tratamiento de los Residuos Peligrosos Biológicos Infecciosos (RPBI) de las 89 unidades médicas hospitalarias del estado, esto durante los 6 meses de pandemia por la COVID-19.
El documento señala que la empresa encargada de la recolección es responsable del tratamiento y destino final de los residuos, la cual está aprobada y siguen el protocolo de la Norma Oficial Mexicana NOM-087-SEMARNAT-SSA1-2002, en la que indica que deben ser incinerados los residuos como sangre, jeringas, navajas, restos de cirugías, entre otros.
Según la norma oficial, las empresas contratadas por hospitales o por el gobierno deben cubrir con disposiciones como contar con identificación, envasado, almacenamiento temporal, recolección y transporte externo, tratamiento, y disposición final.
El informe de los SSO detalla que durante el periodo de seis meses la empresa ha recolectado aproximadamente 81 mil 210 kilogramos de residuos peligrosos, estos producidos en las 89 unidades médicas, siendo el Hospital General Aurelio Valdivieso, con 2 mil 800 kilogramos al mes, el que más cantidad desecha.
Normas de tratamiento
Cabe destacar que el pasado 15 de mayo, Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, explicó durante la conferencia de prensa que México tiene dos normas para el tratamiento de residuos peligrosos de origen biológico-infecciosos: la Norma Oficial Mexicana NOM-087-ECOL-SSA1-2002, de protección ambiental que clasifica los residuos biológicos infecciosos, y la NOM-045-SSA2-2005 para la vigilancia epidemiológica y control de infecciones de hospitales.
La norma mexicana establece cinco categorías de RPBI: sangre y sus componentes en forma líquida; cultivos y cepas de agentes biológico-infecciosos; patológicos; no anatómicos, y objetos punzocortantes.
Es en los residuos patológicos donde entra la mayoría de los desechos que los hospitales están generando en la pandemia de COVID-19, pues contemplan los recipientes que contengan sangre, todo material de curación y con líquidos corporales, materiales desechables que puedan contener agentes infecciosos como los cubrebocas, así como objetos punzocortantes.
