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Créditos bancarios sufren los estragos de la pandemia por COVID-19

Foto(s): Cortesía
Redacción

Maribel Hernández perdió su empleo como asistente administrativo a principios de abril. En sus planes estaba encontrar un nuevo trabajo en poco tiempo; sin embargo, han pasado tres meses y aún no logra reintegrarse al mercado laboral. Para hacer rendir la liquidación y los pocos ahorros que tenía, cambió sus hábitos de consumo y asegura que si en este mes no encuentra una fuente de ingresos tomará otras medidas para sobrellevar la situación, como dejar de pagar sus tarjetas.


Como ella, muchas personas se ven obligadas a no pagar sus deudas por lapérdida de empleo e ingresos recurrentes. De acuerdo con la Encuesta de Seguimiento de los Efectos del COVID-19 en el Bienestar de los Hogares Mexicanos, que realiza el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad de la Universidad Iberoamericana (IBERO), 17.7% de los mexicanos optó por no pagar sus créditos, especialmente de tarjetas, ante la situación económica ocasionada por el coronavirus (Covid-19).


“Es previsible que, con la pandemia en marcha, aumenten los impagos a la banca y veamos un repunte en la cartera vencida al cierre del año”, dice Héctor Magaña, analista del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey. El Índice de Morosidad de las entidades bancarias, al cierre de abril, fue de 2.32% de la cartera de crédito total, equivalente a 136,000 millones de pesos (mdp).


Es el mayor nivel desde septiembre de 2016, según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). En opinión de Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA México, los ligeros incrementos que se registraron en la cartera vencida durante los últimos meses reflejan el deterioro asociado a la desaceleración de la actividad económica y de la generación de empleo antes de la pandemia.


Y estimó que la morosidad podría duplicarse y llegar a 5% al término de 2020, si los efectos de Covid-19 se extienden por más tiempo. “Será relevante vigilar la evolución de los indicadores de morosidad para evitar su deterioro y tomar acciones preventivas en caso necesario”, exhortó el Banco de México en el Reporte de estabilidad financiera, de junio 2020.


Lanzan salvavidas


Con el objetivo de ayudar a sus clientes que se quedaron sin empleo y evitar un mayor impacto en las carteras crediticias, la Asociación de Bancos de México (ABM), que agrupa a 51 instituciones de servicios financieros, puso en marcha en abril un programa que dio facilidades para que los acreditados difirieran hasta por seis meses el pago de sus préstamos.


Luis Niño de Rivera, presidente de la ABM, dio a conocer que 8.3 millones de clientes, entre empresas y personas, se acogieron a este programa, lo que implica que 1 de cada 4 créditos fue reestructurado durante la contingencia.


Con esta iniciativa se pospuso el pago de casi 50,000 mdp en intereses y capital en plásticos bancarios y créditos personales, automotrices, de nómina e hipotecarios, así como los otorgados a Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes).


Ante la demanda que tuvo el programa, la CNBV amplió por un mes más, del 26 de junio al 31 de julio, el plazo de vencimiento de las facilidades regulatorias que otorgó para que bancos y otras instituciones de crédito terminen de analizar las solicitudes de reestructuración que recibieron y, en su caso, las aprueben, informó el subsecretario de Hacienda Gabriel Yorio González.


“El programa de apoyo a deudores de la banca implementado a raíz de la contingencia sanitaria estaría contribuyendo a contener un deterioro generalizado en los distintos segmentos de la cartera de crédito”, señala BBVA en el reporte Situación de la Banca en México.


Destrucción de empleos


Sin embargo, la situación actual, con la pandemia en marcha, indica que es inevitable que la morosidad avance, a medida que el mercado laboral se contrae. “Los bancos dicen que es una situación inédita; sí están esperando, obviamente, un aumento en la morosidad por quienes no podrán ponerse al tanto de sus créditos después del periodo de gracia”, señaló Juan Pablo Graf, presidente de la CNBV, en una videoconferencia que dio sobre el tema la semana pasada.


Sin embargo, aseguró que este aumento se dará dentro de márgenes manejables y sin ningún riesgo de insolvencia para el sistema financiero. De acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), entre marzo, abril y mayo se perdieron 1.03 millones de empleos formales, una cifra histórica.


La destrucción de plazas podría llegar hasta 2 millones de empleos, estiman las Cámaras Empresariales y analistas ante este panorama. Esta pérdida de fuentes de trabajo no ha tocado fondo, según BBVA.


Tan solo para junio se prevé que la pérdida sea de 82,000 plazas, estimó el presidente Andrés Manuel López Obrador la semana pasada. “Es previsible una desaceleración en la pérdida de empleos a medida que la economía se vaya abriendo, pero aún vamos a seguir con datos negativos por algunos meses, lo que genera presiones en los ingresos de las familias y, por ende, en su gasto y cumplimiento de pagos”, dice José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico.


En empresas, efectos más profundos


El Banco de México (Banxico) también anticipó que habrá un aumento en la cartera vencida de la banca, principalmente en el rubro empresarial. En el Reporte de estabilidad financiera estimó que la morosidad en este segmento crecerá 32.4% a junio, mientras que en consumo y vivienda prevé incrementos de 32% y 19.4%, respectivamente.


“El choque macroeconómico derivado de la pandemia de Covid-19 aunado a la caída en los precios del petróleo podrían tener un impacto en los índices de morosidad para las empresas”, indica el banco central de México. Al cierre de abril, la cartera vencida en las empresas fue de 1.87%; sin embargo, entre las Pymes llegó a 6.31%.


Según estimaciones de Banxico, institución que comanda Alejandro Díaz de León, cerca de 40% de la cartera de crédito de la banca a empresas está en sectores con alta afectación por la pandemia.


Las ramas económicas mencionadas son vestimenta, manufactura y proveeduría automotriz, bienes de consumo duradero, construcción, lugares de juego, recreación y turismo, venta minorista sin alimentos y envíos globales.


Al cierre de abril, la cartera de crédito empresarial fue de 3 millones de pesos, lo que representa 53% del financiamiento neto que otorgan las instituciones bancarias al sector privado.


Otras afectaciones


Los analistas consideran que el menor dinamismo de la economía, la incertidumbre ligada a factores internos y la destrucción de miles de empleos son factores que también tendrán un fuerte impacto en la demanda por financiamiento y las ganancias de los bancos.


La cartera de crédito al consumo cayó en mayo 4.2% a tasa anual, lo que representó su mayor retroceso desde 2010. Al interior, el financiamiento vía tarjetas de crédito y a través de préstamos personales se contrajo 8.2 y 7.7%, respectivamente.


“Los efectos del confinamiento, la caída de ingresos en las familias y un consumidor más cauto están detrás de esas cifras”, señala Magaña del Tec de Monterrey.


La calificadora Fitch destacó que esa desaceleración del crédito, aunado a las bajas tasas de interés, va a impactar la tendencia positiva que registraba la banca años atrás en materia de utilidades.


Este efecto ya se refleja. Al cierre de abril, las ganancias anuales de las entidades bancarias cayeron 29%, ante las millonarias provisiones que integraron para enfrentar los efectos del coronavirus. Esta menor rentabilidad se observará en México y América Latina en lo que resta del año y en 2021, considera la agencia calificadora Standard & Poor’s.


La primera quiebra


En la actualización de su balance de riesgos, el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero, integrado por la Secretaría de Hacienda y Banxico, reconoció que existen riesgos latentes que pueden intensificarse y afectar el funcionamiento de las instituciones de crédito.


El anuncio se dio el 30 de junio, justo el día en que la CNBV reveló que, tras 14 años de operación, era revocada la licencia de Banco Ahorro Famsa para operar como banca comercial, tras detectar irregularidades en su operación.


La quiebra de la institución no obedece a la crisis sanitaria, pero prendió las alertas en el sector. Con la pandemia aún activa, el sector financiero —dicen sus autoridades— está listo para enfrentar los desafíos que vienen de la mano del incremento en la morosidad, que llegará sin duda una vez que venza el plazo de diferimiento de pago de créditos bancarios otorgado en abril.

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