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Tylenol: el coctel mortal con cianuro utilizado para matar a inocentes

macabrona-portada
Foto(s): Cortesía
Redacción

Este es un misterio sin resolver desde 1982.

Siete personas muertas, un medicamento adulterado, 31 millones de envases retirados del mercado, pérdidas millonarias y temor generalizado fueron los ingredientes de un sospechoso ‘cóctel’ que ha creado más preguntas que respuestas.

Los asesinatos con Tylenol opacaron la víspera de Halloween de aquel año.

La noticia saltó a la luz el 30 de septiembre: el analgésico Tylenol, producido por la compañía Johnson & Johnson, al parecer había matado a varias personas.

Ellas acudieron al medicamento por dolencias básicas, muy habituales: fiebre, dolor de cabeza o agotamiento.

Y es que en ese entonces el Tylenol era un medicamento tan común como el acetaminofén. Era uno de los ‘líderes’ contra el dolor en Estados Unidos y tenía venta libre.

No había de qué preocuparse, hasta ese momento.

 

 

Muertes misteriosas

Mary Kellerman, de doce años, fue la primera víctima. Ella vivía en la ciudad de Chicago, de acuerdo con una revista local.

El miércoles 29 de septiembre de 1982 presentaba los malestares propios de una fuerte gripa. Sus padres le proporcionaron el Tylenol. Luego su cuerpo fue descubierto sobre el piso del baño.

Tres horas más tarde murió en un hospital local.

Cerca de la casa de Kellerman vivían los Janus. Tres de los miembros de esa familia presentaban síntomas de resfriado e ingirieron la pastilla.

También perdieron la vida.

Luego de las cuatro muertes las alarmas se encendieron en la ciudad de Chicago, pues una enfermera ‘ató cabos’ y dijo que las cápsulas del analgésico no contenían lo que debían.

El medio ‘CNN’ informó sobre el testimonio de Helen Jensen, exenfermera de Arlington Heights: “Tiene que ser el Tylenol (...) Hay algo mal con el Tylenol”.

El medicamento alterado cobró la vida de siete personas, quienes confiaban en su contenido.

 

 

El cambio de los analgésicos

Después de las sospechas de Jensen, las autoridades encontraron que las pastillas contenían dosis de cianuro.

El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos señala que el cianuro es un producto químico venenoso que “impide que las células del cuerpo usen oxígeno y, de esa manera, mueran. La exposición al cianuro puede causar graves consecuencias para la salud, incluso la muerte”.

Y aunque sí hay personas que sobrevivieron tras ingerir el químico, estas pastillas le quitaron la vida a siete ciudadanos en aquel entonces.

El Tylenol fue retirado de las estanterías de las farmacias para evitar más muertes.

Tras la alerta por los cuatro cadáveres, y las tres muertes posteriores, todos los frascos fueron retirados de las estanterías de las droguerías.

Según el cubrimiento de 'CNN', las autoridades tuvieron que establecer cuáles de los 264 mil frascos de Tylenol de Chicago estaban alterados.

Al revisar las cinco farmacias donde las víctimas habían obtenido los frascos, otro de los envases también contenía el cianuro.

El martes 5 de octubre, seis días después del fallecimiento de la pequeña Mary, otro frasco de Tylenol envenenado fue encontrado, ahora en California.

Pero este tarro no contenía cianuro, sino estricnina.

Al parecer, se trató de una fugaz pero peligrosa epidemia de alteración de medicamentos.

Y eso que empezó como una macabra hipótesis se comprobó cuando, en vez de cianuro y estricnina, hallaron ácido de batería en unas gotas para los ojos y ácido clorhídrico en un enjuague bucal.

 

 

Una noche de Halloween llena de temor

La policía estaba en búsqueda del asesino. ¿Quién se pondría en la tarea de envenenar al azar medicamentos de venta libre?

Un gran cuerpo de agentes del FBI y de la policía de Nueva York se movilizaron para localizar al extorsionista.

Johnson & Johnson recibió una carta amenazante remitida desde Nueva York: alguien pedía un millón de dólares o continuarían los atentados con medicamentos.

'ABC News' informó que al menos cien agentes del FBI, con el refuerzo de otros cien agentes de la Policía de Nueva York, se movilizaron para localizar al extorsionista.

El 20 de octubre de ese mismo año capturaron a James Lewis.

Y aunque sus huellas coincidían con las de la carta, jamás se le pudieron probar los cargos de asesinato ni de envenenamiento de los medicamentos. Solo fue tildado como un ‘incendiario’ que aprovechó la situación.

En todo caso, la angustia colectiva se apoderó del Halloween.

Según informes, aquel 31 de octubre las ventas de dulces cayeron casi 50 %. Muchos padres no permitieron que sus hijos salieran a pedir dulces por miedo a que alguno estuviera envenenado.

El halloween de ese año no se pudo celebrar como en cualquier otro año, había terror colectivo.

 

 

Un empaque más seguro

Empaques mejor sellados, anillos de seguridad y tabletas en lugar de cápsulas fueron algunas de las medidas que tomaron Johnson & Johnson y otras empresas para evitar que los medicamentos fueran alterados y se repitiera la lamentable historia.

‘CNN’ informó que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) emitió las primeras regulaciones para empaques a prueba de manipulación en medicamentos de venta libre justo ese mismo año.

Pasaron los años y las medidas tomadas surtían efecto. Sin embargo, en 1986 otro frasco de Tylenol resultó envenenado con cianuro y cobró la vida de otra víctima, esta vez en Nueva York.

Algunos delincuentes rememoraron el ‘incidente del acetaminofén’ y envenenaron a sus víctimas con el potente químico.

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