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Itzel Montaño García, conocida como: La degolladora de Chimalhuacán

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Foto(s): Cortesía
Redacción

Nació en el mismo lugar donde mató. Tenía solamente 20 años de edad. Itzel Nayelí Montaño García sería mejor conocida por la historia como La degolladora de Chimalhuacán.

La mujer y asesina atacaba a personas, totalmente extrañas y al azar, por detrás: los acuchillaba en el cuello mientras caminaban. Montaño García cometió sus crímenes en el 2015 en el municipio de Chimalhuacán, en el Estado de México. Era una asesina desorganizada o maniaca.

Sus ataques eran caracterizados por ser “cuerpo a cuerpo”, un modus operandi inusual en mujeres asesinas, según Ricardo Ham en su libro Asesinos seriales mexicanos.

Itzel Nayelí Montaño García nació en 1995 en el seno de una familia pobre. Su padre lavaba coches y fue la segunda de seis hijos. Vivía en una casa que compartía con sus papás, hermanos, y otros parientes.

Mientras que ellos trabajaban ella cuidaba a sus hermanos menores. Un reportaje escrito por Yara Silva para El Gráfico reportó que sus conocidos la describían como una adolescente “tímida y callada”.

 

Sólo fue a la escuela hasta tercero de primaria porque tenía que trabajar. Cuando cumplió 14 años conoció a un hombre mayor que ella y se mudó con él para vivir en unión libre. Un par de años después se embarazó por primera y, hasta la fecha, última vez.

Las complicaciones marcaron su gestación. Un embarazo ectópico, cuando el óvulo fertilizado se desarrolla en tejidos de la pared uterina, provocó que doctores la tuvieran que intervenir con una histerectomía para salvarle la vida. Aunque sobrevivió, quedó estéril.

A los 16 se separó de su pareja y comenzó a consumir drogas como inhalantes y a tomar alcohol y fumar tabaco, de acuerdo con Excélsior TV. Se mantenía a ella misma vendiendo dulces en las inmediaciones de estaciones del Metro de la Ciudad de México, pero le costaba trabajo leer, escribir, y las matemáticas.

A los 17 conoció a su segundo esposo: Rafael, un chofer de chimecos, camionetas, o combis. Tras solamente unos meses de relación se mudaron juntos. Algunos reportes señalan que su relación era violenta, con peleas frecuentes que terminaban en golpes.

La primera víctima que se le atribuye a La degolladora de Chimalhuacán es un hombre identificado como Antonio Soto Leyva. Alrededor de las 05:30 horas, el hombre de 43 años de edad fue atacado por detrás por una mujer que le enterró un cuchillo en el cuello.

Una lesión de 15 centímetros de profundidad lo lastimó pero no dañó ningún órgano vital y el sujeto sobrevivió al ataque. Soto, después de la agresión, persiguió a Montaño García por 50 metros pero no la pudo alcanzar, reportó El País en octubre del 2015.

 

 

La presunta primera muerte ocurrió solamente un día después, el 15 de septiembre, mientras se celebraba la Independencia de México. Rosario Laureano Ventura, de 40 años de edad, fue atacada y no sobrevivió.

La mujer viajaba en un camión cuando fue apuñalada en el cuello. Nadie en el autobús se dio cuenta del ataque hasta que vieron la sangre. Ese mismo día, La degolladora atacó de nuevo. Rosa María Jiménez Martínez sobrevivió, reportó Mexico Daily News.

El segundo asesinato registrado ocurrió el 17 de septiembre, cuando Brenda Chantal Mondragón Martínez, de 16 años de edad, fue atacada cuando caminaba a su escuela. Montaño García la apuñaló en una vena yugular.

Septiembre del 2015 fue un mes de terror. Se perpetraron por lo menos otros tres ataques. Las víctimas, dos identificadas como Yolanda Beltrán Magadan y Luisa Soto Soto, sobrevivieron. Una de ellas, José Alberto Pichardo Morales, de 36 años de edad, quien sufrió de heridas en el cuello y el abdomen, describió a la agresora como rápida y una “ninja”.

Se detonó una histeria colectiva. Rumores entre la población sobre un asesino serial en las calles de Chimalhuacán y el pánico ocasionado por los constantes reportajes de medios como UNO TV y Azteca América provocaron que vecinos de la zona formaran grupos de vigilancia. Con palos, tubos, y hasta armas de fuego.

Aterrorizaba el hecho de que una persona decidiera atacar a otras al azar. Pero con la ayuda de testigos y víctimas, la policía pudo elaborar un perfil: fue descrita como una mujer de tez morena clara, joven, esbelta, de entre 20 y 25 años de edad, con dos tatuajes de la Santa Muerte, bien vestida, pelo lacio y café.

Una de las teorías, que fue rechazada, afirmaba que el agresor podría ser un hombre disfrazado de mujer porque su modus operandi no era típico. Y aunque no había un patrón entre las víctimas, los ataques eran siempre similares.

 

 

La degolladora de Chimalhuacán se acercaba a su víctima por detrás en un espacio público y la apuñalaba con una navaja o cuchillo de bolsillo. Todos, o la mayoría, ocurrieron en la mañana y en vecindarios y zonas donde vive la clase trabajadora de México: las colonias Ebanistas, Pescadores, Labradores, Artesanos, y Curtidores.

 

El número de patrullas en el municipio incrementó para arrestar a un culpable.

 

Tras 20 días de indagatorias, fue hasta el 2 de octubre del 2015 que autoridades arrestaron a Itzel Nayelí Montaño García en calles de Chimalhuacán, lugar que la vio nacer y matar.

 

Fue denunciada por su pareja y otro vendedor ambulante. Ambos reportaron que ella los trató de matar porque intentó cortarles el cuello. Excélsior TV afirmó que ella confesó y admitió ser la culpable de esos dos ataques y que los cometió bajo la influencia de inhalantes y alcohol.

 

Los perpetró el 13 de septiembre del 2015. Medios como Milenio y El Universal informaron que la agresión contra su pareja sucedió en un contexto de violencia doméstica, y que la segunda fue contra un hombre llamado Jorge, “líder de vendedores ambulantes”, quien exigió a Montaño García dinero para que pudiera continuar vendiendo dulces.

 

 

Inicialmente, fuentes policiacas negaron que la mujer estuviera relacionada a los crímenes de La degolladora de Chimalhuacán, pero el 9 de octubre de ese mismo año se retractaron y afirmaron que era una sospechosa en los asesinatos.

En julio del 2017, Itzel Nayelí Montaño García fue condenada a 20 años de cárcel por el delito de intento de homicidio. Sin embargo, todavía espera juicios por otros cargos.

Aunque el motivo continúa siendo un misterio, declaraciones de sus parientes dicen que cuando consumía drogas como inhalantes su personalidad cambiaba: se volvía violenta. Autoridades creen que se encontraba bajo los efectos de sustancias durante todos sus ataques.

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