Agencias
La masacre de la ciudad de Sagamihara, en Japón, fue un asesinato masivo de discapacitados, ocurrido la madrugada del martes 26 de julio de 2016.
Un hombre identificado como Satoshi Uematsu, de 26 años, fue arrestado como sospechoso de la matanza, en la cual 19 personas fueron asesinadas y 26 resultaron heridas, en su mayoría de gravedad.
La agresión ocurrió en el centro de atención para personas con discapacidad intelectual "Tsukui Yamayuri-en", que significa: "Jardín de lilas en la montaña".
Según los investigadores, Uematsu fue apuñalando o degollando a los internos mientras dormían, entre las 02:30 y 03:00 horas. La más joven de las víctimas tenía 19 años y la mayor 70.
La televisora pública NHK reportó que el perpetrador solía trabajar como cuidador en dicho centro, pero fue despedido. La madrugada del ataque, ingresó por una ventana.
El odio parecía haber sido la motivación de este joven japonés contra esta institución, donde son atendidos 150 internos.
Trascendió que hace unos meses, Uematsu había enviado una carta al Parlamento de Japón donde afirmaba que las personas con discapacidad debían morir.
Es el asesinato masivo con más víctimas que sufre Japón en décadas.
El ataque en la madrugadaSegún imágenes de una cámara de seguridad, el agresor llegó en la madrugada al Centro de Discapacitados "Tsukui Yamayuri-en", en un auto negro y llevando consigo varios cuchillos.
La institución se localiza en la ciudad de Sagamihara, a unos 50 kilómetros al oeste de Tokio.
El Centro "Tsukui Yamayuri-en", era un lugar que el agresor conocía bien, ya que había trabajado allí desde 2012 y hasta su despido en febrero del 2016. Sabía que a esa hora habría apenas un puñado de empleados.
Satoshi Uematsu entró rompiendo una ventana a las 02:10 horas. Sometió al guardia de seguridad y lo ató de pies y manos, junto con los demás trabajadores. Luego empezó a degollar a los pacientes.
Dos horas después del ataque, el agresor se entregó tranquilo a la Policía llevando consigo los cuchillos que había utilizado, según las autoridades.
En un primer momento se desconocían los detalles sobre cómo lo hizo.
AntecedentesEn febrero del 2016, Uematsu fue ingresado en un hospital psiquiátrico. Las autoridades municipales lo internaron después de que encontraran evidencia que lo incriminaba en una carta dirigida al presidente de la Cámara de Representantes de Japón, en la que decía que tenía planeado atacar dos centros para discapacitados, incluyendo el de Sagamihara.
En el hospital psiquiátrico dio positivo al consumo de mariguana cuando fue internado, pero días más tarde salió del nosocomio cuando los médicos consideraron que se encontraba bien psíquicamente.
Anuncia la masacreCon meses de anticipación, Satoshi Uematsu empezó a decirle a la gente que le rodeaba que había que matar a los discapacitados.
En febrero del 2016 intentó entregar en propia mano la carta que escribió al presidente de la Cámara Baja del Parlamento japonés, en la que pedía la muerte de todos los discapacitados en "un mundo que permite la muerte piadosa", según los medios de comunicación.
En la carta, Uematsu presumió que tenía la capacidad de matar a 470 discapacitados en lo que describió como una "revolución". Enseguida, detallaba un ataque contra dos instituciones de discapacitados después de lo cual se entregaría.
También pedía que se le declarase inocente alegando trastorno mental, que se le diera una ayuda de 500 millones de yenes (unos 5 millones de dólares) y se le brindara cirugía plástica para poder llevar una vida normal después.
Los medios difundieron la misiva tras el ataque. "Mi razonamiento es que quizá pueda revitalizar la economía mundial y pensé que podría ser posible evitar la III Guerra Mundial", escribió en su carta.
La misiva, que fue entregada a la Policía de Tokio, incluía el nombre, dirección y número de teléfono de Uematsu, y se informó de su amenaza a la Policía local de la zona donde vivía el agresor, difundió la prensa.
El gobernador de Kanagawa, Yuji Kuroiwa, se disculpó por no haber actuado ante las señales de alarma.
El juicio al multihomicidaDurante el juicio en el Tribunal de Distrito de Yokohama en la prefectura de Kanagawa, el equipo de defensa de Satoshi Uematsu, argumentó en una declaración final que no debería ser considerado responsable de sus acciones debido a su incompetencia mental.
La defensa puso en duda los resultados de una evaluación psiquiátrica y señaló que el médico que la realizó no había tenido en cuenta un trastorno psicótico inducido por su adicción a la marihuana.
A Uematsu se le diagnosticó un "trastorno de la personalidad" en la evaluación, lo que llevó a los fiscales a determinar que podría ser considerado penalmente responsable.
Pero el equipo de la defensa dijo que debido al uso de mariguana, la "personalidad de Uematsu cambió drásticamente desde 2015" y comenzó a pensar que las personas discapacitadas no valían nada.
El Tribunal de Distrito de Yokohama calificó la masacre como un incidente sin precedentes.
En el centro del juicio estaba si Uematsu era mentalmente competente durante el ataque.
El Tribunal de Distrito dictaminó que sí, rechazando el argumento del abogado defensor de que había sido influenciado por su consumo de mariguana.
Al dictar el fallo, el Tribunal dijo que su trabajo en el centro de atención de discapacitados, entre otras cosas, dio forma a la motivación criminal de Uematsu.
"Creía que sería un pionero y recibiría aprobación si mataba a personas con discapacidades", manifestó el Tribunal.
Uematsu dijo que esperaba recibir la pena de muerte, pero "no estaba convencido" de merecerla.
Manifestó durante su juicio que las personas discapacitadas que no pueden comunicarse "crean infelicidad en la sociedad".
El autor confeso de la mayor matanza en Japón de los últimos 75 años fue condenado a muerte, tras un juicio en el que reconoció su culpabilidad e insistió en que la felicidad de sus víctimas, todos discapacitados, fue su motivación.
Aún no se sabe mucho sobre el autor de la masacre, salvo que en su día quiso ser profesor. Pero en algún momento, las cosas se torcieron.
