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"Pancho López", el mexicano que debe 136 vidas

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Foto(s): Cortesía
Redacción

Esta es la historia y crímenes de Fernando Hernández Leyva, quien se autoproclamó como el asesino serial más peligroso de México.

23 de septiembre de 1996. El sonido de disparos y explosiones pequeñas rompió la tranquilidad de Lomas de Zapopan, una colonia ubicada al norponiente de Guadalajara, Jalisco. En el lugar se había montado un espectacular despliegue policiaco después de que un ladrón ingresó a una casa y tomó como rehenes a los integrantes de una familia. Cientos de personas observaron las negociaciones por televisión sin saber que quien apuntaba a las cámaras y a los policías no era un criminal ordinario, sino uno de los asesinos seriales más prolíficos de la historia de México. Esta es la historia de Fernando Hernández Leyva.

¿Quién fue Fernando Hernández Leyva?

A diferencia de otros criminales, sobre Fernando Hernández Leyva se desconocen muchas cosas. Se sabe que nació en Cuernavaca, Morelos en 1964; que le gustaba viajar a diferentes estados del centro de la República Mexicana y que la justicia lo detuvo por primera vez en 1986, al creerlo sospechoso de una serie de asesinatos que habían consternado a la nación.

Sin embargo, es en los espacios vacíos de su vida donde se ubica el origen de su mito. Por ejemplo, nunca se ha hecho pública la historia familiar de Hernández Leyva, ni el modus operandi con el que actuaba y mucho menos las razones que lo llevaron a ser perseguido. De hecho, el nombre del criminal también conocido como “Pancho López” se hizo popular después de que él mismo reconoció haber terminado con la vida de casi 100 personas, en lugar de las 33 que las autoridades le habían atribuido.

Lo que sucedió después fue insólito: el hombre que se había confesado como el asesino serial más prolífico de la historia de México cavó un túnel en su celda y escapó de la cárcel. Sin pistas, ni mayores referencias sobre su identidad, la policía tuvo que esperar a que Hernández Leyva cometiera un error. Y así lo hizo.

La espectacular detención

Aprovechándose de su libertad, Francisco Hernández Leyva continuó con su carrera criminal. Su suerte terminó la noche en que la policía lo siguió hasta una colonia acomodada de Guadalajara después de haber robado una camioneta. Tras atrincherarse en una casa, Hernández Leyva pidió la intervención de los medios de comunicación. Especialmente la del reportero Carlos Cabello Wallace de Televisa, quien fungió como testigo de las negociaciones.

Después de 7 horas bajo el asedio de la policía, “Pancho López” tomó un vehículo e intentó escapar con el periodista. Sus planes se vieron interrumpidos por la hábil respuesta de la policía y finalmente fue aprehendido.

Horas más tarde, el asesino que había logrado mantenerse prófugo de la justicia por años, fue presentado ante las cámaras de televisión. Según reportes de la prensa, el hombre se sinceró y afirmó que había cometido todos y cada uno de sus crímenes por placer, porque “tenía que hacerlo” y “no sabía hacer otra cosa”.

¿Qué pasó con Francisco Hernández Leyva?

Poco después de haber sido detenido por segunda vez, Francisco Hernández Leyva fue ingresado en un reclusorio de su natal Morelos. Entre los múltiples crímenes que se le habían dictado en juicio figuraban robo, secuestro y 137 homicidios en Colima, Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Morelos.

Durante los primeros años de su condena, Hernández Leyva intentó retractarse y aseguró que guardias y policías judiciales le habían obligado a confesar los crímenes bajo la amenaza de que lo golpearían y abusarían sexualmente de su esposa. Los dichos del asesino nunca fueron aceptados y expertos psicológicos aseguraron que estos fueron provocados por los “instintos psicópatas”.

En 1999, días después de intentar suicidarse en su celda, Francisco Hernández Leyva fue trasladado al Centro de Readaptación Social (Cefereso) Número 1 “El Altiplano”, la cárcel de mayor seguridad en el país. Desde entonces habita una de sus celdas, en donde cumplirá lo que resta de su condena de 60 años. De sobrevivir, el asesino serial más prolífico de México tendría 84 años cuando vuelva a ser un hombre libre.

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