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Esta es la historia de un homicida serial en la historia de EU

Samuel-Little
Foto(s): Cortesía
Redacción

Su nombre es Samuel Little, pero para el experimentado detective Tim Marcia, este hombre de 79 años "es pura maldad".

El estadounidense, sentenciado a tres cadenas perpetuas por el asesinato de tres mujeres en el área de Los Ángeles, se encuentra actualmente en una prisión de Texas desde la que el año pasado decidió hablar sobre su pasado criminal.

Little dijo haber matado al menos a 93 personas entre 1970 y 2005.

Siguiendo las pistas ofrecidas en sus confesiones, el Buró Federal de Investigaciones estadounidense (FBI, por sus siglas en inglés) inició un esfuerzo para comprobar sus palabras y tratar de esclarecer la mayor cantidad de crímenes posibles.

Los resultados son espeluznantes.

Hasta ahora, la policía ha logrado vincular a Little con 50 homicidios ocurridos entre 1970 y 2005, cifra que según el FBI lo convierte en el asesino en serie convicto con más víctimas en la historia moderna de Estados Unidos.

En una declaración divulgada, este cuerpo de investigación señaló que sus analistas consideran que "todas sus confesiones son creíbles".

El FBI dio a conocer los retratos que Samuel Little hizo de sus víctimas con la esperanza de que las mujeres puedan ser identificadas. Aún trabajan en los 43 casos restantes sobre los cuales confesó.

"Aunque ya él está en prisión, el FBI cree importante buscar justicia para cada víctima, cerrar cada caso posible", dijo en una declaración Christie Palazzolo, analista criminal del FBI.

Pero ¿quién es Little y qué dijo en sus confesiones?

"Pura maldad"

"Lo creas o no, solo ves el mal unas pocas veces en tu carrera", le dijo Marcia, del Departamento de Policía de Los Ángeles, al diario The New York Times.

"Mirándolo a los ojos, diría que él era pura maldad", contó.

Y es que la cantidad de detalles sobre los asesinatos que Little dice haber cometido, la mayoría contra mujeres, dejó estupefactos a detectives, policías y fiscales.

"Da miedo la claridad que tiene sobre ciertas cosas después de todo este tiempo. Recuerda nombres y caras", le contó al diario el detective Michael Mongeluzzo, del condado Marion (Florida), donde ocurrió uno de los asesinatos confesados por Little.

El peso de este caso hizo que el estadounidense fuera referido al Programa de Captura de Criminales Violentos del FBI (ViCAP, por sus siglas en inglés), que luego hizo público un reporte en el que indicaron que las víctimas confirmadas de Little tienen "patrones alarmantes" y "vínculos convincentes" con muchos otros asesinatos sin resolver en Estados Unidos.

"El método de matar de Little no siempre dejó signos evidentes de que la muerte fue un homicidio", recoge el informe.

"Sin puñaladas ni heridas de bala, muchas de estas muertes no se clasificaron como homicidios, sino que se atribuyeron a sobredosis de drogas, accidentes o causas naturales".

Muchos casos sin resolver que estaban archivados en al menos 14 estados de todo EE.UU. han sido desempolvados a la luz de las revelaciones de este hombre.

Las víctimas: mujeres pobres o adictas

Little está encarcelado desde 2013 en Los Ángeles por el asesinato de tres mujeres entre 1987 y 1989, crímenes por los cuales cumple tres sentencias de cadena perpetua.

Pero en julio de 2018, pruebas de ADN confirmaron su implicación en la muerte de Denise Christie Brothers, por lo que fue transferido a la prisión del condado Ector, en Texas.

Allí, un detective identificado por el diario The Washington Post como James Holland se ganó la confianza de Little y logró que hablara sobre sus crímenes del pasado.

El exboxeador acumuló un centenar de arrestos por delitos como secuestro, violación o robo a mano armada durante cinco décadas.

Se las arreglaba para salir de la cárcel "una y otra vez", explicó Beth Silverman, la fiscal de Los Ángeles que logró las tres sentencias contra Little.

Las confesiones muestran que Little tenía como víctimas en su mayoría a mujeres, muchas de ellas pobres o con adicciones al alcohol o a las drogas, según los investigadores.

Los casos de ese tipo de víctimas frecuentemente quedan sin resolver en Estados Unidos, lo que pudo haber contribuido a la impunidad de Little durante años. 

El estrangulamiento, su marca

Según las fuentes citadas por The Washington Post y The New York Times, el hombre se ganaba la confianza de las mujeres, las golpeaba, abusaba de ellas y las estrangulaba hasta matarlas.

La fiscal Beth Silverman señaló a The New York Times que la motivación sexual era lo que movía a Little, pero añadió que el hombre se ofende si alguien lo llama violador.

Little afirmó que tiene problemas de erección, pero los fiscales encontraron semen en los cuerpos y ropa de víctimas.

"La forma en que obtiene la satisfacción sexual es durante la estrangulación", le dijo Silverman al diario.

Uno de los casos que confesó Little es el de Melissa Thomas, de 24 años, cuyo cadáver desnudo fue encontrado en 1996 en un cementerio de Opelousas, Luisiana.

Aseguró que la conoció en la calle y la invitó a su auto a consumir drogas. Aparcaron junto al cementerio y cuando iban a tener relaciones sexuales en el asiento trasero, él comenzó a acariciarle el cuello.

"¿Por qué sigues tocándome el cuello? ¿Eres un asesino serial?", le preguntó ella, según le contó Little a la detective del caso, Crystal LeBlanc.

Entonces Little se enfureció y decidió matarla.

Para LeBlanc, fue impresionante cómo Little recordaba nombres de calles, bares y la ubicación del cementerio de la pequeña iglesia de Opelousas.

El hombre usaba su fuerza de forma tan desmedida que una de sus víctimas a la que golpeó en el abdomen sufrió la rotura de la columna vertebral.

"Dios sabía todo"

Antes de las confirmaciones hechas en el caso de Little, Gary Ridgway, el "asesino de Green River", era considerado como el mayor homicida serial en la historia moderna de EE.UU.

Ridgway se encuentra en prisión por la muerte de 49 personas en las décadas de 1980 y 1990.

Randy Kraft, otro homicida convicto, dijo haber matado al menos a 65, pero está en prisión solo por el asesinato de 16.

Los interrogadores coinciden en que Little no muestra signos de remordimiento, que cuenta todo a detalle, como por ejemplo dónde dejó el cuerpo de cada mujer hace años.

Según la descripción de detectives entrevistados por la prensa, Little habla con entusiasmo sobre sus crímenes y hasta se ríe cuando recuerda detalles. "Es un psicópata carismático", dicen.

El sargento Mongeluzzo le preguntó cómo se las había arreglado para evitar ser capturado: "Puedo entrar en mi mundo y hacer lo que quiero hacer", respondió Little en alusión a los barrios pobres con problemas de drogadicción.

A la detective LeBlanc le dijo: "Dios me hizo de esta manera, entonces ¿por qué debería pedir perdón?", según The New York Times.

 

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