Conocido como el asesino de las vías del tren, Ángel Maturino Reséndiz, fue un migrante poblano que mató al menos 23 personas en Estados Unidos, principalmente en Texas, Illinois y Florida, entre los años 1986 y 1999.
La mayoría de los crímenes los cometió cerca de vías de trenes, en los que viajaba de ciudad en ciudad, y de ahí deriva su apodo.
Se introducía en las casas de sus víctimas durante la noche para apuñalarlas o aporrearlas; sufría de delirios religiosos, por lo que según él mataba para purificar a sus víctimas.
Datos del FBI indicaban que cometió homicidios en el año 1997, pero él señaló que el primer crimen lo cometió en 1986, cuando mató a una indigente.
Fue detenido y deportado en al menos seis ocasiones, por delitos como robo de vehículo, asalto agravado, posesión de armas y falsificación de documentos.
Por su historial criminal, Ángel Maturino Reséndiz o Rafael Reséndiz Ramírez, en 1999, estuvo en la lista de los diez más buscados por el FBI, el cual ofreció 125 mil dólares o una tarjeta verde por información que ayudara a su detención.
Ángel Maturino Reséndiz, migrante que mató a decenas de mujeres en EUA, fue sentenciado a la inyección letal.
Ángel Maturino Reséndiz, originario de Izúcar de Matamoros, Puebla, fue conocido como el “asesino de las vías del tren”.
Su vida
De acuerdo con algunas investigaciones, Ángel Maturino nació el 1 de agosto de 1959 en Izúcar de Matamoros, Puebla, a 100 kilómetros de la Ciudad de México. Su madre, Virginia Reséndiz, aseguraba que su hijo padecía una discapacidad mental, porque según ella cuando nació sufrió una caída en la que se golpeó el lado derecho de la cabeza, y supuestamente en la adolescencia recibió en el mismo lugar un piedrazo lanzado por sus compañeros de escuela.
Durante su infancia la pasó aspirando pegamento, sufriendo constantes ultrajes y conviviendo diariamente con adultos violentos. Según su propio testimonio, fue violado dos veces por un vecino cuando apenas tenía ocho años.
Ya en su adolescencia, se mantuvo en la vida como indigente, mendigando en las calles de la ciudad donde se hizo alguien extremadamente religioso, y solía tocar temas como el apocalipsis de la humanidad.
Desde antes de cumplir 15 años, comenzó a cruzar la frontera hacia Estados Unidos, más concretamente por Texas, buscando poder conseguir dinero en trabajos donde se contrataban indocumentados por mano de obra barata.
Finalmente, migró a El Rodeo, Durango, donde vivió con su pareja y su hija, mientras que su madre y sus dos hermanos se radicaron en Ciudad Juárez.
Ángel Maturino Reséndiz se decía a sí mismo que era un enviado de Dios, el cual tenía que cumplir la tarea de eliminar a los pecadores y, aunque tras su captura en estudios realizados no se encontró ningún problema en su cabeza o alguna enfermedad mental, fueron declaraciones que sostuvo hasta su muerte.
Fue detenido y deportado en al menos seis ocasiones, por delitos como robo de vehículo, asalto agravado, posesión de armas y falsificación de documentos. En esta época fue donde realizó varios asesinatos en territorio estadounidense, y en territorio mexicano ya que se le relacionó con el asesinato de varias mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Detención
El 13 de julio de 1999, a las 9:00 horas, tras negociaciones entre el FBI y sus familiares, el asesino del ferrocarril se entregó en un puesto de control a la policía de El Paso, Texas.
Tras ser sometido a juicio en mayo del año 2000, un jurado de Houston declaró a Ángel Maturino Reséndiz culpable de asesinato y la violación de Claudia Benton en 1998. También confesó más de 15 asesinatos, la mayoría por los cuales ya se investigaba en las vías de los trenes, aunque las autoridades fueron cautelosas en todo momento, pues quería evitar declaraciones falsas que se adjudicara el asesino.
Finalmente, fue ejecutado, a los 46 años de edad, con inyección letal en la cámara de la muerte del estado de Texas el 27 de junio del 2006.
