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Fuego nuevo: el renacer en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Octavio Vélez Ascencio

En las puertas de la catedral de la Asunción, el arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos bendijo anoche el fuego nuevo y encendió el cirio pascual, para glorificar el paso de la muerte a la vida de Jesucristo.


Ante decenas de fieles congregados, el pastor marcó con una estaca calentada por el fuego una cruz y los símbolos de las letras griegas Alfa y Omega en el cirio pascual de 180 kilos de peso.


Posteriormente, incrustó al cirio pascual cinco granos de incienso, en forma de cruz, como expresión devocional a las cinco heridas que recibió Jesús en su crucifixión.


“En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida, la Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por el mundo, a que se reúnan para velar en oración. Conmemoremos, pues la Pascua del Señor, escuchando su palabra y participando en sus sacramentos, con la esperanza cierta de participar también en su triunfo sobre la muerte y de vivir con Él para siempre en Dios”, suplicó el mirado,


Después, Vázquez Villalobos encabezó la procesión con el cirio pascual hacia el interior de la catedral de la Asunción, que se encontraba a oscuras, para posteriormente encender las velas de los fieles en la llama del cirio.


Fiesta de fiestas


En el altar, el arzobispo de Antequera-Oaxaca, cantó el Pregón Pascual o Exultet, el himno de proclamación de la resurrección de Jesucristo.


“Alégrense, por fin, los coros de los ángeles, alégrense las jerarquías del cielo por la victoria de rey tan poderoso, que las trompetas anuncien la salvación. Gocen también la tierra, inundada de tanta claridad y que radiante con el fulgor del rey eterno, se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero. Alégrese también nuestra madre, la Iglesia, revestida de luz tan brillante, resuene este templo con las aclamaciones del pueblo”, entonó.


Durante la homilía, después de la liturgia de la palabra, donde se leyeron siete lecturas del Antiguo Testamento y dos del Nuevo Testamento, entre esto, el Evangelio, Vázquez Villalobos subrayó que la fiesta de fiestas, la vigilia de vigilias para los creyentes católicos, es la resurrección de Jesucristo.


Sin embargo, resaltó que el corazón de muchos fieles se ha endurecido, porque ya no tienen sentimientos y levantan la mano contra el hermano.


“Se hiere, se mata, cuando se debe respetar la vida y tener una vida llena de gracia y de santidad”, señaló.


Por eso, demandó renunciar al pecado y entrar a la resurrección de Jesucristo para vivir el camino de la verdad y la vida


“Sigue el camino del Señor, renuncia, es sacrificio, pero vale la pena, ilumina tu mente con el Evangelio”, asentó.


Además, destacó que la resurrección de Jesús constituye la propia resurrección porque prometió resucitar a quienes lo siguieran.


“Alegrémonos esta noche por el triunfo de Jesús, pues nuestra muerte no se va a terminar en un sepulcro, ahí inicia la vida eterna, Él cumple lo que ha prometido, nosotros tenemos que resucitar para la vida, pero eso se gana aquí”, anotó.


Renuevan promesas


Antes, el arzobispo de Antequera-Oaxaca bendijo la fuente del bautismo, el agua bautismal y el agua bendita, para la renovación de las promesas del bautismo.


“Dios nuestro, cuyo Hijo, al ser bautizado por el Precursor en el agua del Jordán, fue ungido por el Espíritu Santo, suspendido en la cruz, quiso que brotaran de su costado sangre y agua, y después de su resurrección mandó a sus apóstoles ‘Vayan y enseñen a todas las naciones bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo’. Mira ahora a tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente del bautismo”, oró.


Después de la bendición del agua, los fieles teniendo en sus manos las velas encendidas, hicieron la renovación de las promesas del bautismo.


“Hermanos, por medio del bautismo hemos sido hechos partícipes del misterio pascual de Cristo, es decir, por medio del bautismo hemos sido sepultados con Él en su muerte, para resucitar con Él a una vida nueva. 


Por eso, culminado nuestro camino cuaresmal, es muy conveniente que renovemos las promesas de nuestro bautismo, con las cuales un día renunciamos a Satanás y a sus obras y nos comprometimos a servir a Dios en la santa Iglesia Católica”, rogó.

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