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Toledo, incansable luchador social

Foto(s): Cortesía
Redacción

Además de artista de talla universal, Francisco Toledo fue un activista y luchador social, defensor de los derechos humanos, de la naturaleza, la cultura y las tradiciones de Oaxaca.


Después de una estadía en País, participó en los años 70 en el surgimiento de la Coalición Obrera, Campesina, Estudiantil del Istmo (COCEI) en Juchitán de Zaragoza.


Posteriormente, en 1993, una vez asentado en la ciudad de Oaxaca de Juárez, fundó el Patronato Pro Defensa y Conservación del Patrimonio Natural y Cultural del Estado de Oaxaca (Pro-Oax), junto con otros artistas y activistas, para salvaguardar los bienes propios de esta entidad.


Desde ahí, ofreció una férrea oposición a la construcción del Libramiento Norte, por las afectaciones ambientales que ocasionaría al Cerro de San Felipe y al Parque Nacional Benito Juárez.


Ambientalista y activista


A fines de la década de los 90, Toledo, como sucedió en esta ciudad, en defensa y rescate del río Atoyac, encabezó la lucha con autoridades municipales y pobladores de San Juan Bautista Tuxtepec, por la conservación del río Papaloapan, debido a la contaminación generada por la contaminación generada por la industria y las aguas residuales.


En esos años, igualmente ofreció su respaldo solidario a los indígenas zapotecas de San Agustín Loxicha y demandó su libertad, al ser encarcelados por supuestamente pertenecer al Ejército Popular Revolucionario (EPR).



El espíritu de servicio hacía los oprimidos y activistas fue característicos del maestro Toledo.  FOTO: Mario Jiménez Leyva

Incluso, junto con activistas y luchadores sociales, así como defensores de derechos humanos y periodistas, bautizó a los hijos de los presos en la Basílica de la Soledad.


Años después, en el 2002, libró otra batalla para evitar la instalación de un establecimiento de comida rápida transnacional en los portales del zócalo, entre una tamaliza ofrecida al pueblo.


Después de una inédita consulta popular convocada por el Pro-Oax, donde participaron miles de personas, la transnacional se desistió de su intención.


Comisión de mediación


Un año después, Toledo encabezó otra lucha para demandar la nulidad de un acuerdo del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, donde entregaba de manera irregular el antiguo convento de Santa Catalina de Siena, a una cadena hotelera.


Además, durante la rehabilitación del Centro Histórico, se puso a la cabeza de las protestas por la instalación de bancas de concreto en el zócalo, para sustituir a las bancas de hierro forjado, como se tenían desde los años 70.



En el Estado de México, participó en el 2005 al lado de organizaciones en la resistencia contra la construcción de una tienda de autoservicio de una trasnacional estadunidense en el perímetro de la zona arqueológica de Teotihuacán. Finalmente, la empresa también canceló su proyecto.


En el 2006, una vez estallado el conflicto político y social, reclamó al gobierno el cese a la represión policial ante las ejecuciones extrajudiciales, detenciones ilegales y casos de tortura de profesores de la Sección 22 del SNTE y de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).


Incluso, participó en una comisión de mediación, donde también intervino el obispo emérito de la Diócesis de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes, entre la APPO y el gobierno federal, para alcanzar una solución.


Ese año, después de la violenta irrupción a Oaxaca de la entonces Policía Federal Preventiva (PFP), abrió el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), para la instalación de un puesto de socorro, donde se atendieron a appistas.


En los primeros días de diciembre, después de la represión generalizada que desató la PFP, el 25 de noviembre, ayudó personalmente a esposas o madres de presos de la APPO, que en su mayoría fueron encarcelados en un penal federal de Nayarit.



El artista pasea junto a uno de sus nietos

Eso dio paso, a iniciativa suya, a la conformación del Comité de Liberación 25 de Noviembre, al lado de escritores, periodistas, defensores de derechos humanos, abogados y fieles laicos comprometidos.


En diciembre de 2014, ante la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Toledo diseñó 43 papalotes con la imagen de cada una de las víctimas, para demandar su presentación con vida.


Amenazas y atentado


En el 2015, encabezó la lucha para cancelar la construcción del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca (CCCO) en el Cerro del Fortín, por la eventual afectación al medio ambiente y al paisaje urbano.


El 19 de junio de 2016, ante del violento operativo policial en Asunción Nochixtlán, Toledo, que mantenían profesores de la Sección 22 del SNTE y pobladores, manifestó su rechazo a la presión y demandó diálogo.


“Una reforma debe ser pretexto para la discusión de ideas, no para reprimir y acabar con los opositores, mediante el uso desmedido de la fuerza pública”, escribió en una carta.



El maestro Toledo y el pintor Rodolfo Morales.  FOTO: Mario Jiménez Leyva

Años después, inició otra batalla en defensa de las lenguas indígenas, de la tierra y del territorio, así como del maíz nativo ante la amenaza de las semillas transgénicas.


En los últimos meses, también se manifestó en contra de la asignación de concesiones y de la explotación de la minería, así como de la apertura del Tren Maya y del megaproyecto del Istmo de Tehuantepec, por no ser consultados los pueblos indígenas, dueños de la tierra y el territorio.


Durante su activismo social, Toledo fue víctima de ataques de los gobiernos en turno para denostar su persona y su obra artística, e incluso fue amenazado de muerte en las redes sociales.


Por su posición en el 2006, su domicilio fue víctima de un ataque con armas de fuego por un grupo de encapuchados, pero no modificó el compromiso asumido.

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