Oaxaca.- El Zócalo es historia y descontento. Crisol donde se funde pasado y presente. Altar de héroes impretérritos que desde los altos muros del palacio de gobierno son testigos silenciosos de la inconformidad social, la misma que en su momento los hizo a ellos próceres. Espacio cívico de denuncia y exigencia.
La mañana es cálida y en la ancha explana de cantera verde, en el Mes de la Patria, la contradicción no puede ser más evidente. Las mujeres triquis se mantienen en el corredor del palacio de gobierno, bajo tres grandes mantas de color negro, con sus peticiones en letras rojas: “Nuestra voz contra el olvido, nuestra voz contra el silencio, castigo a los culpables del asesinato de Bety Cariño y Jyri Jaakkola”, “Mi trabajo y mi vida después del desplazamiento 2010-2016”, y “Seis años del asesinato de la activista Bety Cariño y Jyri Jaakkola, exigimos justicia”.
El maquillaje
Mientras los jardineros se apresuran a abrir cajetes para sembrar pequeñas plantas en las jardineras, a fin de mejorar la imagen visual del parque público en las Fiestas Patrias. El tabernáculo requiere incienso y flores.
En torno al kiosco de arquitectura francesa, regalo de Don Porfirio Díaz Mori, los manteados de plásticos de la protesta magisterial permanecen. Lo misma que la mesa de difusión, donde un equipo de sonido transmite canciones de protesta, consignas o denuncias de diversos sectores sociales inconformes, como los militantes del Consejo de Organizaciones Oaxaqueñas Autónomas (COOA) y otras más.
Para los inconformes, no hay mayor alabanza que la voz aguardentosa de Óscar Chávez y su música de protesta.
A las 10:20 horas, otros trabajadores del gobierno del estado levantan el altar a la Patria. Ya han colocado banderas nacionales en cada uno de los balcones del vetusto edificio colonial, ahora toca el turno a los héroes que nos dieron patria y libertad.
La primera, Josefa Ortiz de Domínguez, Corregidora de Querétaro, por ser esposa del corregidor, y quien alertó a los insurrectos sobre el descubrimiento de la sublevación. El cuadro con su efigie es atado a dos cuerdas y levantado en todo lo alto, hasta quedar empotrado al muro del balcón central del palacio de gobierno.
Le sigue el cura José María Morelos y Pavón, con su eterno paliacate rojo atado en torno a la cabeza. Dos cuerdas, dos alambres para atarlo al muro, una escalera y ocupa su lugar en el altarejo para recibir las devociones cívicas el próximo 15 de septiembre, durante el tradicional Grito.
Demanda magisterial
En tanto más abajo, a ras de piso, profesores regularizados exigen al gobierno del estado la instalación de una mesa de negociación a fin de que les paguen sus salarios no devengados.
Con un paquete de cartulinas entre sus manos, uno de los inconformes afirma que 5 mil 941 maestros no han recibido sus pagos, algunos hasta por 16 meses, porque las autoridades educativas del estado se niegan a incorporarlos al Fondo de Nómina Educativa.
“Algunos se sumaron al nuevo IEEPO y fueron incorporados, otros simplemente se cansaron de esperar sus pagos y abandonaron la lucha, por esos ahora solo somos como 3 mil los profesores que esperamos que el gobierno del estado nos cumpla. Pedían que ya regresáramos a clases, pues ya volvimos y ahora queremos que se instale la mesa de negociación”.
Después, en tanto los héroes son elevados a su altar, los maestros colocan en un alambre sus pancartas y se manifiestan frente al acceso principal del palacio. “Pago inmediato a más de un año sin cobrar”, “Solución a nuestros pagos y conciliación de claves”, “Exigimos conciliación y pagos”, “Unidos y organizados venceremos”, “Instalación inmediata a la mesa de negociación”, Pago inmediato”, “Mi familia a más de un año no coma también como EPN”.
Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio José de Allende y Unzaga, y Vicente Ramón Guerrero Saldaña esperan su turno para subir a la palestra, en medio de ciudadanos y turistas transitan por el parque público semi despejado, para la fiesta de independencia.
"Patria: tu mutilado territorio se viste de percal y de abalorio":
Ramón López Velarde, poeta
