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Brilla de nuevo, templo de San Felipe Neri

Foto(s): Cortesía
Octavio Vélez Ascencio

Aunque aún no se atienden las afectaciones originadas por los terremotos del 2017, el templo de San Felipe Neri empieza a recuperar su esplendor, después de la rehabilitación que hicieron los gobiernos federal y estatal del muro testero y del retablo dedicado a Santa Lucía. 


En este inmueble colonial, que fue edificado entre 1733 y 1770, se casó Benito Juárez con Margarita Maza el 31 de julio de 1843.


El retablo de Santa Lucía


El director de Obras del Instituto del Patrimonio Cultural del Estado de Oaxaca (INPAC), Fernando Molina Herbert dijo que la intervención del retablo de Santa Lucía se hizo mediante una técnica de manufactura, porque está elaborado de madera cortada tallada, ensamblada, dorada y policromada.


Explicó que el retablo cuenta con once pinturas en óleo sobre lienzo, donde se encuentran de izquierda a derecha San Francisco de Asís, San Bernabé, San Liborio y San Bruno. 


Además, en las pinturas ático aparecen de izquierda a derecha San Agustín, en el centro la Sagrada Familia y en la derecha San Guillermo, mientras que en el cuerpo, se aprecian San Joaquín y la Virgen, San Juan Bautista, Santa Ana y la Virgen, y San Juan Evangelista.



El retablo de Santa Lucía, restaurado por el INPAC

Subrayó que todas las obras fueron elaborados por el pintor de imágenes religiosas, José de Páez, conocido por su marcada preferencia por las advocaciones marianas y por ser uno de los más prolíficos de la Nueva España.


De hecho –asentó–, su biógrafo Manuel Touissaint llegó a decir que “José de Páez inundó la segunda mitad del siglo 18 con sus pinturas”.


A su vez, la restauradora encargada, Liliana Esquivel, detalló que este retablo de alto valor artístico está formado por un zócalo, una predela, un cuerpo, un ático en horizontal y tres calles en vertical.


Mencionó que en el zócalo se pueden contemplar también un anagrama de Jesús en alto relieve y un anagrama de la Virgen María, así como una imagen de bulto alusivo a un santo entierro, en la calle central y en los nichos superior e inferior, imágenes de Santa Lucía y Santa Cecilia.


El muro testero


De acuerdo con un informe de expertos del Centro INAH Oaxaca, encabezados por la restauradora, Fernanda Martínez Camacho, la intervención en el muro testero y de la pintura mural que decora el nicho, ubicados en la parte posterior del retablo mayor, forma parte de la atención destinada a recuperar los bienes inmuebles por destino dañados, los cuales corresponden a todos aquellos elementos decorativos adosados y que forman parte de las construcciones.


De esta manera, la restauración de ese muro resulta de gran importancia porque comunica al retablo mayor con el camarín del templo, un espacio arquitectónico relevante porque ahí se vestía la imagen del santo patrón, San Felipe Neri.


Además cuenta con un nicho construido en la misma época del inmueble, donde actualmente alberga la imagen de un Cristo crucificado, tiene una decoración mural con diseños de flores y granadas en colores violeta, rojo, amarillo, verde y azul, con profusas hojas polilobuladas.



El sacerdote Alejandro Rodríguez, frente al muro testero, con un nicho que alberga la imagen de un Cristo crucificado

Los trabajos se centraron en la exploración de la grieta del muro testero y a partir de un diagnóstico, se procedió a la consolidación de la argamasa que junta los sillares, mediante la inyección de lechadas de cal.


En la restauración de la pintura mural del nicho, se consolidaron las oquedades con la inyección de lechadas de cal apagada, así como en el retiro de resanes y mezcla de cemento aplicados anteriormente, por tratarse de un material incompatible y potencialmente dañino para la conservación de este tipo de decoración.


El nicho también cuenta con una sección de madera policromada con la misma decoración de la pintura mural, que también fue sometida a una limpieza y recuperación de color.


Como procesos complementarios a los trabajos de restauración, se retiró el polvo del retablo mayor, por las partes posterior y anterior, para asegurar que su aspecto sea el idóneo.


Daños por temblores


El párroco del Sagrario Metropolitano-Catedral de la Asunción, Alejandro Rodríguez González, encargado del templo de San Felipe Neri, subrayó que la restauración resulta de gran relevancia porque permite recuperar la grandeza de esos dos elementos.


“El muro se recuperó totalmente, así como la pintura original y el decorado de gran valor artístico”, señaló.


Aunque destacó que la restauración del retablo de Santa Lucía fue donde se hizo más trabajo, ante los daños en su estructura por el paso del tiempo.


“Además de la restauración general, lograron sacar el color original de la parte de abajo. Es de gran importancia”, recalcó. 


Sin embargo, destacó que el templo aún requiere la intervención en sus cúpulas por las afectaciones causadas por los terremotos sucedidos el 7 y el 19 de septiembre de 2017.


“En la parte de arriba están los mayores daños, porque hubo desprendimiento de ladrillos”, anotó.


El presbítero dijo que el inicio de los trabajos urge porque las lluvias pueden provocar mayores daños en la estructura.


“Los templos requieren mucho mantenimiento, sobre todo ahora, porque las grietas se pueden ensanchar con las lluvias y deteriorar cada vez más la construcción, pero también hay que reconocer que son muchos templos afectados por los sismos, que requieren atención”, apuntó.

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