México pierde cada vez más soberanía alimentaria, ante el abandono que sufre el sector agropecuario, y como consecuencia, miles de oaxaqueños se duermen con el estómago vacío, reconoce Patricia Mercedes Juarez Arango, Embajadora especial de la FAO, para el año Internacional de las Legumbres 2016.
Por ello, la ingeniero agrónomo por el Instituto Tecnológico Agropecuario de Oaxaca, demanda al gobierno estatal un plan emergente de rescate de ese sector, mediante la incorporación de programas de recapitalización a los campesinos, e incorporación de sistemas sistemas de agricultura protegida, que incluya riego por goteo, semilla mejorada y capacitación y asistencia técnica a los productores.
En ello coincidió Raúl Narváez Labastida, presidente estatal del sistema producto maíz-frijol, quien señala que el destino de Oaxaca no debe ser expulsor permanente de mano de obra campesina hacia el norte del país y de la unión americana, pese a las restricciones que se avecinan con la llegada al poder de Donald Trump.
Plan emergente
En coincidencia con Juárez Arango, el dirigente demanda la puesta en marcha de un plan emergente para relanzar al campo oaxaqueño, con énfasis en la producción de maíz y frijol, que son el eje de la alimentación de los mexicanos, desde tiempos antiguos.
Para los entrevistados, Oaxaca registra actualmente un déficit de once mil 686 toneladas de frijol, el básico de mayor consumo después del maíz. Expone que mientras el consumo promedio anual de frijol es actualmente de 39 mil 678 toneladas, nuestra producción es 27 mil 984 toneladas.
Narváez Labastida anota que cada año se cultivan en la entidad 46 mil hectáreas de frijol, pero sólo se cosechan 40 mil.
En 6 mil hectáreas se pierde la producción, porque los productores carecen de apoyos en insumos, asesoría técnica e inversión para mecanización y valor agregado.
De riego
Juárez Arango, quien fuera distinguida como embajadora especial de la FAO, con una exposición sobre cultivo y consumo del frijol, reconoció que tan sólo el 15% de la superficie de vocación para el cultivo de ese básico, es de riego.
La superficie restante es de tipo temporalero, es decir, tierras donde el campesino se consuela diciendo: "Lo que Dios nos dé"
A su vez, Narváez Labastida, dijo que el costo de producción por hectárea de frijol, es, en el caso de superficie de riego, de 15 mil pesos, y 12 mil si se trata de temporal. El precio actual que se paga a los productores es de 14 mil pesos.
Es indudable que para superar el déficit de 11 mil 684 toneladas de frijol, los gobiernos federal y estatal, deberán considerar al campo oaxaqueño como una gran prioridad, reforzaron los entrevistados.
Por encomienda de la FAO, Embajadora especial para el año Internacional de las Legumbres 2016, ha visitado hasta ahora más de cinco países para sensibilizar en la necesidad impulsar el cultivo de legumbres, como una de las tantas acciones para prevenir una catástrofe por escasez de alimentos. Ha visitado hasta ahora Chile, Roma, Ecuador, Haití, República Dominicana y Panamá.
