La siembra de chile habanero en Oaxaca es tan mínima que en 2017 la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) sólo reportó una cosecha de 4.5 hectáreas, el 50% de las 9 que se sembraron en Asunción Ixtaltepec.
En esa zona del Istmo de Tehuantepec el clima es idóneo para la producción de una de las variedades de chile más picosas, pero por la sequía se reportaron pérdidas 18 de las 36 toneladas esperadas.
Las cifras oficiales están incompletas. Justo en 2017 Gerardo León Díaz empezó a sembrar chile habanero en una nave de mil 200 metros de invernadero en La Ciénega, Zimatlán.
Su cultivo no enfrentó mal clima o sequía, pero la falta de mercado repercutió para que perdiera 90% ciento de su producción, pues sembró esperando que su comprador “amarrara” un contrato con una empresa.
Desde 2010 empezó a sembrar tomate, pero el precio “tan bajo” en los períodos de cosecha “nos ha desanimado mucho” porque “no sacamos ni los gastos”.
Años intentó sembrar chile de agua, “pero su período de cosecha es muy corto”, a diferencia del chile habanero que se puede cosechar durante cinco meses y tiene un precio más estable.
Así que este año se decidió volver a invertir 45 mil pesos a cada nave de poco más de dos hectáreas de invernadero. Sembrará casi cinco hectáreas; el doble que en 2017.
De diciembre a mayo espera cosechar 10 toneladas y tiene un convenio para comercializar una caja con diez libras de chile habanero en 12 dólares, “menos el descuento del empaque y traslado a Nuevo Laredo”.
Gerardo espera “sacar tres veces más” de recursos, pero para lograrlo su producción la tendrá que comercializar con una empresa de Yucatán, porque en el mercado local el kilogramo no supera los 25 pesos y se carece de un mercado estable.
La gran parte de chile habanero que se consume en Oaxaca proviene de Yucatán, estado que junto con Tabasco, producen una tercera parte de la producción nacional, pero para los productores locales no hay mercado.
