Los llamados partidos de izquierda son el vivo ejemplo de la certeza de corrupción de la que habló Álvaro Obregón, cuando sostuvo que en México no había general que aguantara un cañonazo de 20 mil pesos; “claro que aquí no hablamos de 20 mil pesos y terminaron incorporados a la cultura priísta, es decir buscando solo prebendas, recursos económicos y privilegios personales”, afirma el maestro en Sociología Porfirio Santibáñez Orozco.
Expresa que por eso a veces su comportamiento parece una comedia de equivocaciones y de repente una tragedia. “Como ciudadano uno se pregunta: ¿cómo es posible que en Oaxaca no tengan la capacidad de ponerse de acuerdo? Pero uno encuentra la explicación lógica de eso, cuando uno ve que se aferran a sus posturas porque eso implica beneficios personales y de grupo”.
El ex director del Instituto de Investigaciones en Humanidades de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (IIHUABJO), recuerda que fue el PRI, con Jesús Reyes Heroles, quien abrió las puertas del poder los grupos de izquierda, que pronto se sumaron al sistema priista porque les entregaron mucho dinero.
“Un gran financiamiento que corrompió a la gente y si ahora uno ve para todos lados, en todas partes de la izquierda y, también de la derecha, no observa más que la ambición de tener más y más; en ese sentido creo que la gente del PRI tuvo la habilidad de conocerse y conocer a la gente, por lo que le salió muy bien el numerito histórico este que tenemos, porque al dar financiamiento controlado lo que hicieron fue corromper a la mayor parte de la gente”.
Corrompidos
Subraya que ahora los que están metidos en este campo de lo electoral con todas las cosas que han recibido, pues no quieren renunciar a ello.
“Esto es muy humano, muy entendible, muy común, pero ahí el viejo (Carlos) Marx tiene una gran razón: no es la conciencia la que determina el ser, es el ser la que determina a la conciencia; ellos dejaron de pensar como gente de izquierda cuando recibieron cosas materiales en abundancia; no es lo mismo andar por la madrugada pintando paredes, que andar por la ciudad en carros último modelo, tener cuentas bancarias, hacerse de propiedades y todo eso”.
Asevera que en la actualidad en el país y concretamente en Oaxaca presenciamos la degradación de la política, donde los cargos de representación popular se ganan con votos y con dinero, “por eso la única preocupación de los aspirantes a un cargo de representación popular es tener el dinero para comprar los votos”.
Sentido social, extraviado
El investigador universitario explica que anteriormente el mercado había estado siempre subordinado a la política, “el sentido social prevalecía por encima de los intereses económicos, pero ahora estamos viviendo una etapa en la que los neoliberales ya lograron reducir al mínimo al Estado y los poderes del mismo, hoy son las leyes del mercado las que dictan las pautas, esto es lo que degrada la política”. Santibañez Orozco sostiene que la política es una de las creaciones humanas de mayor trascendencia, porque surgió cuando el hombre tuvo la capacidad de pensar de manera colectiva en la polis y la política se encargó de los asuntos de la comunidad, “pero ahora con este asunto del mercado lo que prevalece ya no son los asuntos de la comunidad, sino el negocio, la prebenda, el poder, todo este tipo de cosas que vemos actualmente. Con esto pasa a segundo plano la inteligencia, las aspiraciones, las ideas, la democracia y por encima de todo eso coloca los intereses”.
Representantes de intereses
-¿Entonces en no tendremos representantes populares en esta elección, sino representantes de intereses? -Sí y ese es uno de los elementos que propicia que haya tanto conflicto entre nosotros, porque estamos eligiendo a autoridades que no tienen legitimidad, estamos eligiendo a autoridades que tienen un porcentaje mínimo de votación, por ejemplo en la ciudad hay autoridades que han ganado con el 11 por ciento de los votos, entonces no hay legitimidad. Ahora por la parte de ellos, son autoridades sin proyecto, lo único que tienen en la mira son los beneficios que recibirán, en lo individual y para el grupo al que pertenecen.
