Oaxaca.- Al panista de la vieja guardia, Joaquín Martínez Gallardo, no le basta una exploración externa a su partido, Acción Nacional en la entidad, y al hacerle una "endoscopia política", expone convencido: "Su situación es grave".
Conocedor de los resultados del PAN en la elección estatal del pasado cinco de junio, el veterano militante del PAN se duele y admite que el blanquiazul es ahora quinta fuerza electoral en Oaxaca. Eso quiere decir que perdió preferencia en el electorado oaxaqueño.
Con el diagnóstico en su poder, habla de las causas: No veo un sólo sino varios culpables. Quiero decir con ello, que las últimas generaciones de dirigentes y diputados locales del PAN, sin excepción alguna, dejaron caer a nuestro instituto político, expone el panista que el 11 de agosto próximo cumple 90 años de edad.
Con muecas de desagrado de lo que pasa hoy en el otrora fuerte instituto político, el consejero nacional del PAN, añade que la nueva corriente de políticos panistas dejaron de caminar con la gente, al lado de la militancia, porque no han tenido espíritu de sacrificio.
Para el abogado por la UABJO, desde 1954, no es con declaraciones o pronunciamientos desde la comodidad de restaurantes u hoteles como se construye una oposición fuerte y competitiva, sino saliendo a las comunidades para acudir al encuentro de los militantes y simpatizantes.
Expone que algunos que integran esa misma generación de panistas, exigen hoy el cambio de dirigencia. Coincido plenamente con ellos, pero sin apoyar sus aspiraciones para dirigir al PAN, porque son parte de esa misma generación de panistas pasivos, sin trabajo político en el partido.
En cambio coincido que a la luz de los estatutos que norman al blanquiazul, es el momento de nombrar una nueva dirigencia, pero con sangre nueva y honesta.
"Dirigencia capaz, honesta y virtuosa"
Lo que en Oaxaca necesita el PAN, para levantarse y retomar el paso con esfuerzo propio, es una dirigencia conformada por panistas capaces, honestos y virtuosos. En estos nuevos tiempos, el PAN tiene que abrirse a la militancia con esos valores y dejar de ser parcela de unos cuantos.
El político oaxaqueño que en 1960 asumiera la Jefatura estatal (hoy presidencial) del Partido Acción Nacional, recuerda que varios actores contribuyeron al derrumbe de ese instituto político, ente ellos Octavio Pinacho, Rey Luis Matías López y José Isaac Jiménez Velasco, ya desaparecidos. El pleito que se traían repercutió en la vida interna del PAN.
Recuerda que en 1989 el personal que integraba la dirigencia del PAN, fue lanzado del inmueble que ocupaba, porque el entonces dirigente Octavio Pinacho, no pago la renta de varios meses.
En entrevista en su despacho jurídico en el Centro Histórico, Joaquín Martinez Gallardo recuerda que en ese entonces el PAN seguía dando tumbos y en 1981 me nombraron presidente estatal interino para levantarlo. El PAN estaba en el aire. No tenía oficinas, ni muebles, ni archivos. Un amigo me prestó un local para habilitarlo como oficina de la dirigencia estatal y conseguí unos escritorios.
El oaxaqueño señala que el PAN existe en Oaxaca desde 1939, y su primer jefe estatal fue Heliodoro Díaz Quintas. El origen del instituto político fue tejido en sacrificios. Los antiguos dirigentes realmente trabajaban a favor de la militancia.
El PAN fue en su origen un partido muy fuerte. Las circunstancias nos obligaban a caminar en las comunidades sin la comodidad de un vehículo de motor. El PAN tenía militancia en todas las regiones, pero su bastión principal, el más fuerte era Huajuapam.
Por ello, Lázaro Cárdenas, que odiaba al PAN, quiso destruirnos como dirigencia estatal. Una noche fue asaltado el cuartel de Huajuapan, mataron a los soldados y se robaron las armas, y Cárdenas pretendió encarcelarnos a Luis Castañeda Guzmán, Alfredo Castillo Gómez, y a mi, como los culpables de esos hechos.
No lo logró porque esa noche ninguno de los tres a salió de la Ciudad de Oaxaca, según lo constató el entonces gobernador de Oaxaca, Alfonso Pérez Gasga y su Inspector de Policía, Sadot García. En esta elección, el PAN perdió ese municipio.
Con ello quiero decir que sostener al PAN en Oaxaca ha costado sacrificio. Por ello, es lamentable que las últimas generaciones de dirigentes y diputados panistas no tengan ese mismo espíritu de sacrificio con las consecuencias que hoy conocemos.
