Considerado uno de los más importantes artistas vivos de México, nuestro orgullo oaxaqueño cuenta con amplio reconocimiento internacional. Es un experto impresor, dibujante, pintor, escultor y ceramista. Francisco Benjamín López Toledo nació un día como hoy, pero de 1940, en Juchitán, Oaxaca. Hoy, el artista mexicano vivo más cotizado en el arte, celebra su aniversario número 77.
Reconocido artista plástico que también tiene una destacada labor como activista, luchador social, ambientalista, promotor cultural y filántropo, ha apoyado numerosas causas enfocadas a la promoción y conservación del patrimonio artístico mexicano, orientada al libre acceso a la formación artística y el cuidado del medio ambiente.
Reconocimiento internacional
Su arte refleja un gran aprecio por la estética de la naturaleza, particularmente la de animales que no son convencionalmente asociados con la belleza, como monos, murciélagos, iguanas, sapos e insectos. En su escultura tiene dos formas de expresión, una donde representa cosas del mundo natural, específicamente bestiarios de distintos animales y otro donde se despega totalmente de la realidad. “Fragua, de ese modo, un universo que ata cabos con lo real y, simultáneamente, despliega la metáfora”.
Es dibujante, pintor, escultor, grabador, ceramista, activista y promotor. Para muchos se trata del artista plástico mexicano más importante de la actualidad, reconocido internacionalmente por su obra. Su legado en Oaxaca sigue sumando espacios dedicados al arte y la cultura, bibliotecas, centros dedicados a la gráfica, fotografía, música y producción artística.
Luchador social
Su furor no tiene límites y divide su tiempo como activista, luchador social, ambientalista, promotor cultural y filántropo. Ha trabajado en causas enfocadas a la promoción y conservación del patrimonio artístico mexicano y el cuidado del medio ambiente. Tan pronto como se le ocurre algún proyecto, lo echa a andar. Colabora con todo lo que le simpatiza, ya sea donando obra, aportando capital o donando alguna de sus casas.
El Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), la Biblioteca del IAGO, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB), el Centro de las Artes de San Agustín (CASA), la Fonoteca Eduardo Mata, son instituciones que marcan su generosidad; estas son las más representativas, pero su apoyo ha alcanzado en las casi ocho décadas de vida, a otros proyectos.
Un artista universal
Propios y extraños no podrán negar que es un personaje difícil, complejo, lo menos complaciente incluso con él mismo, como lo apuntó en una de sus entrevistas Angélica Abelleyra; o el propio Carlos Monsiváis en la introducción del libro Obra gráfica para Arvil 1974-2001 (2001).
“El pintor Francisco Toledo está colmado de referencias locales, regionales y de conocimientos del arte internacional. Es un excéntrico, el primitivo que funda instituciones culturales, el pintor cultivado que se asume como parte del fluir de la naturaleza. […] Le ha dado su nombre a una manera de recrear y transfigurar la realidad y, sin quererlo, ha originado una escuela o una cauda de imágenes que en las suyas se inspiran en vano”.
Sus "reinventos"
Francisco Benjamín López Toledo es el cuarto de siete hijos de Francisco López Orozco y Florencia Toledo Nolasco.
Es pintor en diferentes técnicas: collage, encáustica, fresco, acuarela y gouache; cerámica; tapiz y modelado.
Lagartos, grillos, chapulines, armadillos, coyotes, peces, tortugas, iguanas, culebras, conejos y cocodrilos son los interlocutores de Francisco Toledo en su obra, la cual a través del pincel, la pluma y el lápiz los reinventa y vuelve míticos.
"Yo mismo"
Hace un par de meses, a 50 años de carrera artística y a más de una década que no dedica una serie completa a la pintura, Francisco Toledo exhibió su exposición Naa Pia’, Yo mismo, en la que abordó uno de los temas más recurrentes en su obra, el autorretrato. Hoy sigue su lucha incansable en favor de las lenguas; en días pasados presentó material didáctico en zapoteco del Istmo.
