CIUDAD DE MÉXICO.- Como pocos fotógrafos, el estadounidense Roger Ballen tiene un sello reconocible.
Esta cualidad la encuentra también en Manuel Álvarez Bravo: "Él tiene una identidad única en el mundo de la fotografía", comparte desde Italia, vía telefónica.
Y es precisamente en el Centro Fotográfico que lleva el nombre del mexicano en Oaxaca donde Ballen presenta su primera gran exposición en Latinoamérica, Introspective.
Visitó México a principios de los 70, hecho que lo marcó. Su madre fue editora de la agencia Magnum y también galerista, y gracias a ello conoció en ese primer viaje a Álvarez Bravo.
"Tengo grandes recuerdos de mi viaje a México. Realmente tuvo una influencia en la visión que tengo del mundo", señala el hombre con más de cuatro décadas tras la lente.
Y es que, a sus 20 años de entonces, sólo conocía Estados Unidos y Europa. México fue el primer país aún rural, religioso, apegado a las tradiciones que visitaba.
"Fue una revelación. Me encontré con la condición humana, en su sentido más amplio, en las calles".
Su relación con la fotografía en esa época era documental; quería retratar la realidad de los lugares que conocía. Tres años después de aquella estancia, viajó a África para recorrerlo por carretera. En 1982, se instaló de manera permanente en Johannesburgo.
Su lente capturó la Sudáfrica del Apartheid, y eso le valió duras críticas de las autoridades.
"Estaban molestas las autoridades porque retraté a grupos de blancos pobres viviendo en Sudáfrica y esa no era una imagen que les interesaba promover", recuerda.
Desde el principio de su carrera, los marginados y los pobres fueron el objetivo de su lente, por lo que rápidamente quedó encasillado en la fotografía documental.
Sin embargo, al establecerse en Sudáfrica, empezó a retratar más en el interior y no en las calles, creando composiciones ficticias, combinando realidad con ficción.
"Luego empecé a trabajar con pintura, escultura e instalación, pero dentro de la composición de la fotografía", explica.
Ahora, cuando alguien le pregunta cómo es su estilo, responde "ballenesque".
"Me considero un artista mas que un fotógrafo documental", dice.
La exposición en Oaxaca repasa sus 45 años de trayectoria, con algunas de sus series iniciales, como la de México, y trabajos actuales; en total se podrán apreciar más de 100 imágenes, todas en blanco y negro, su formato de trabajo.
