Dos semanas después de que fue referida del Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso por carecer de equipo para realizarle un endoscopia ventricular (cirugía en la cabeza), este miércoles a las 8:00 horas la niña Emma ingresó al quirófano del Instituto Nacional de Pediatría.
“Desafortunadamente en Oaxaca no hay el equipo necesario, porque por más que buscamos nos decían eso, por eso insistimos en que la recibieran en el Instituto Nacional de Pediatría donde hay una mejor atención”, reconoció Adamary, madre de Emma.
El pasado 28 de enero esta casa editorial dio a conocer el caso de Emma, una niña de dos años y seis meses que fue hospitalizada a principios de noviembre de 2023 en el Hospital Valdivieso, donde nació el 27 de junio de 2021 con hidrocefalia leve.
Lo único que pudieron hacer en este nosocomio al que recurren personas sin seguridad social es colocarle una válvula en la cabeza para drenar el liquido que aumentó de volumen, aunque después le detectaron un microabseso y una bacteria, lo que hacía urgente la endoscopia ventricular.
El Hospital de la Niñez Oaxaqueña Doctor Guillermo Zárate Mijangos también demostró la falta de capacidad resolutiva y se negó a recibir a Emma.
Después de varios días de espera la referencia llegó y con ayuda de una fundación que pagó los 9 mil pesos del traslado en ambulancia, Emma ingresó al Instituto Nacional de Pediatría de la Ciudad de México el pasado jueves 1 de febrero.
Si bien su ingreso no implicó que Emma entrara de inmediato a quirófano porque se requerían estudios previos, su madre Adamary confío que con el paso de los días la programarían.
El tratamiento previo incluyó que en el Instituto Nacional de Pediatría a Emma le realizaran una resonancia e iniciaran un esquema con antibiótico, así como una tomografía el lunes por la noche.
Adamary, quien ha sorteado los gastos y las vicisitudes que implica estar a 300 kilómetros de su casa en Huajuapan de León, se enteró este martes que su hija será intervenida.
“Es un poquito fuerte la noticia, porque es una cirugía de alto riesgo y probablemente requiera otras más, pero sólo me dijeron que dependiendo de cómo vaya evolucionando, probablemente sólo sea esa”, admitió Adamary, una joven de 22 años de edad.
Al llegar al Instituto Nacional de Pediatría que ha implicado mantenerse pegada al área de infectología donde es residente temporal Emma, Adamary comprobó que es de bajos ingresos para que no le cobraran la atención, pero por su estancia implica gastos de alimentación que costea con apoyo de su familia.
En una desgastada travesía por la salud de Emma, Adamary trata de que su ánimo no tambaleé, pues sabe que la cirugía es muy delicada y le han explicado los riesgos, pero confía en la capacidad médica.
“Desafortunadamente en Oaxaca no hay el equipo necesario, porque por más que buscamos nos decían eso, por eso insistimos en que la recibieran en el Instituto Nacional de Pediatría donde hay una mejor atención”.
Adamary, madre de Emma
