Nadia Altamirano Díaz / Fotos Emilio Morales
Dejarles fuera de la vacunación anticovid-19 y el aumento de la transmisibilidad por la circulación de nuevas variantes como la Ómicron, incrementó la incidencia de casos positivos entre niñas, niños y adolescentes de uno a 14 años.
En Oaxaca, a diferencia de los 2 mil 841 casos reportados en 20 meses de pandemia -entre el 14 de marzo de 2020 y el 31 de enero de 2021-, en lo que va de este 2022 los contagios detectados en este grupo de edad aumentó en un 45 por ciento, lo que equivale a mil 117 nuevos pacientes.
De los 937 nuevos casos reportados este jueves, 56 son en menores de 14 años, lo que equivale al 5.97 por ciento.
Es en el grupo de 10 a 14 años donde se reporta el incremento mayor con 37 nuevos casos este jueves, pero la Jefa de la Unidad de Epidemiología de los Servicios de Salud de Oaxaca, Yuko Nakamura López, aclara que no tiene que ver con la apertura de 3 mil 700 escuelas en este ciclo escolar 2021-2022.
Sólo entre los menores de un año el incremento de casos ha sido mínimo, al pasar de 285 casos contabilizados al 31 de diciembre de 2021 a 293 al corte de este 10 de febrero, pero a su vez es el grupo de edad donde el índice de mortalidad se eleva a 7.5 por cada cien.
En toda la pandemia se han notificado 50 defunciones de menores de 14 años y de éstas 22 corresponden a bebés recién nacidos o que no habían cumplido ni un año de vida, mientras que en el grupo de 1 a 4 años se reportan 14 decesos; 5 entre menores de 5 a 9 años y 9 en el grupo de 10 a 14 años.
Contagios, fuera de las escuelas
“No se han reportado casos de COVID en las escuelas. Los niños se infectan fuera de la escuela y dejan de ir si tienen sintomas, pero hasta el momento no hemos tenido ningún brote ahí” expresa al invitar a reflexionar qué hicieron o dónde estuvieron los siete o 14 días previos al contagio.
“Esta oleada que aún tenemos se presentó en enero, después de las festividades y vacaciones de fin de año, los niños no tenían clases”, resalta.
Conocer la cifra real de contagios, más allá de las cifras oficiales, es imposible. A la semana que su hijo Santiago, de once años, tuvo un episodio de fiebre, Regina experimentó cansancio extremo, insomnio y molestías en la espalda que parecían más ardor que dolor, pero como los síntomas duraron sólo un día, no acudieron al médico, mucho menos se hicieron una prueba para detectar un posible contagio de COVID-19.
En contraste, la familia de Arturo y Sandra detectaron que estaban contagiados porque su hija Mía fue quien comenzó con fiebre y dolor de cabeza, un síntoma poco común a sus tres años de edad.
“Creímos que era un resfriado común, pero terminamos por hacernos los tres la prueba cuando también enfermamos mi esposo y yo, aunque fue algo leve, los tres tuvimos COVID-19”, recuerda Sandra apenas tres semanas después de haber superado el contagio en su familia.
Otra etapa
“Estamos en otra etapa de la pandemia”, advierte Rocío Arias Cruz, infectóloga pediatra adscrita al Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso, quien recordó que anteriormente sólo los niños con algún problema de salud manifestaban síntomas de COVID-19 si se llegaban a contagiar.
La cepa “original” del virus SARS-CoV-2 ha cambiado tanto hasta volverse tan transmisible como el virus de la varicela, que es una enfermedad extremadamente contagiosa.
La cefalea o dolor de cabeza es uno de los síntomas que a las mamás y papás les deben encender las alertas, algunas veces acompañados de otros como fiebre, dolor de cuerpo y molestia en la garganta, dependiendo del grupo de edad.
“En los menores de un año el primer día se presenta una fiebre de difícil control; de uno a cinco años también pueden tener mucha fiebre, pero el segundo empieza a descender, en otros puede haber tos de tipo irritativa, la cefalea que refieren los niños, en escolares y adolescentes el dolor de garganta como si tuvieran vidrios que les impide pasar los alimentos”, refiere.
En todos los casos los síntomas duran menos de tres días, pero la posibilidad de contagiar a otros puede persistir hasta por diez días, por lo que se recomienda que el o la menor se mantenga aislado ese tiempo y usar cubrebocas al comenzar a convivir con personas fuera de su círculo familiar.
Después de un contagio
“El cambio de semáforo epidémico aumentó la movilidad de las personas, además de la confianza que nos dan las vacunas”, reconoce la exdirectora del Hospital de la Niñez Oaxaqueña Doctor Guillermo Zárate Mijangos.
Aunque en los menores la COVID “no llega a afectar los pulmones” y no ha propiciado un incremento en las hospitalizaciones, “el riesgo es que 20 o 30 días después se presente inflamación en las arterías, síndrome multi inflamatorio sistémico en pediatría”.
Por ello Arias Cruz pide a papás y a mamás estar atentos de posibles dolores en articulaciones o incremento en las plaquetas después de un contagio de SARS-CoV-2.
Otro signo de alarma son “datos de vasculitis” o manchitas en la piel, “como si fueran moretones sin que se hayan golpeado”, los cuales se asemejan más a manchas púrpuras que no desaparecen al presionar la piel.
Salvo los adolescentes de 12 a 14 años con una enfermedad grave, los menores de 14 años aún no pueden ser vacunados contra la COVID-19.
Mediante un amparo interpuesto en juzgados federales un centenar de adolescentes de 12 a 15 años han podido recibir dos dosis de la farmacéutica Pfizer, pero está pendiente que se ejecute la orden judicial en otros cinco niños y niñas de 8 a 10 años de edad.
Proporción
107,879 contagios reportados en Oaxaca
4,251 son en menores de 14 años
En camas
12,293 hospitalizados durante la pandemia
588 de ellos son menores de 14 años
Muertes
5,825 defunciones acumuladas
50 de ellas corresponden a menores de 14 años
Pruebas COVID (al corte del 10 de febrero)
6,803 pruebas de antígenos realizadas a menores de 14 años
2,495 resultaron positivas
36.6 % es el índice de positividad
5,151 pruebas PCR realizadas a menores de 14 años
1,610 resultaron positivas
31.2 % es el índice de positividad
Fuente: SSO.
