Tras la huelga de hambre iniciada por internas del penal de Tanivet, Tlacolula, Oaxaca, el Grupo de Estudios Sobre la Mujer Rosario Castellanos (GESMujer), demandó investigar las violaciones a derecho humanos denunciadas.
“Una huelga de hambre es un llamado pacífico de quienes deciden expresar el reconocimiento a un derecho violentado, es una manifestación válida que requiere la atención de las autoridades. Como organización feminista, consideramos que es la oportunidad de hacer una revisión a las condiciones que están viviendo las mujeres privadas de su libertad en el estado”, señaló Angélica Ayala Ortiz, integrante del GESMujer.
Como defensoras de derechos humanos de las niñas y las mujeres, manifestaron su preocupación ante las denuncias expresadas en la huelga de hambre que iniciaron mujeres privadas de su libertad en el reclusorio.
Desafortunadamente, la procuración e impartición de justicia mantiene prácticas que el sistema patriarcal no permite que sean investigadas y juzgadas desde una perspectiva de género. Esta situación se agrava cuando son privadas de su libertad, pues existe el riesgo de que la discriminación por considerarse infractoras de delitos, sean revictimizadas y no se respeten sus derechos fundamentales, destacó.
Agregó que como GESMujer, consideraron necesario que se investiguen los actos violatorios a derechos humanos que han sido denunciados, de tal manera que las autoridades escuchen las voces de las mujeres, actúen conforme a la normatividad y salvaguarden los derechos de las denunciantes frente a posibles actos de represión.
“Finalmente hacemos un llamado a las autoridades a transparentar los recursos asignados para la atención de las necesidades de las mujeres privadas de su libertad, de sus hijas e hijos, así como las condiciones necesarias para su reinserción social”, destacó.
Este martes sumaban cinco mujeres en la huelga de hambre, entre ellas Rosalba Zaragoza, a quien desde el pasado 18 de abril la separaron de su hija de cinco años de edad. En entrevista vía telefónica, la interna indicó que hasta el momento desconoce en qué lugar se encuentre su hija de cinco años de edad, quien vivía con ella dentro de Tanivet. Rosalba lleva tres años en reclusión sin sentencia.
Dentro de la huelga de hambre también se encuentra dos mujeres con enfermedad crónica degenerativa, quienes están demandando acceso a medicamentos y alimentación digna para evitar un mayor deterioro en su salud.
