La historia de Renya Padrón es una de las tantas que hay entre los integrantes de la caravana “Éxodo de la pobreza”.
Ella busca llegar a los Estados Unidos para curar a su hija Francheli de 4 años de edad, de un padecimiento que le ha impedido su desarrollo.
Debido a la falta de trabajo en su país, no ha podido costear el tratamiento médico que necesita su hija; es por ello que, decidida, vendió lo poco que tenía y emprendió el viaje hacia la Unión Americana.
“Dejé Venezuela, ya mis hijas no podían, tengo tres niñas, no hay trabajo, no hay comida, no hay nada, entonces decidimos buscar nuevos horizontes”.
Renya busca llegar a la frontera norte de México y cada día que pasa, para ella es un día que se pierde.
“Voy a morir en el intento, no quiero ni voy a quedarme con los brazos cruzados esperando que mi hija se muera; yo quiero que, si nosotros nos morimos, al menos digan, nos morimos intentando, no con los brazos cruzados”.
Con poco dinero, con la comida limitada y con la angustia de no poder hacer nada por su hija mientras no avance, Renya no pierde la fe en que podrá llegar a los Estados Unidos.
Este martes, Renya y su familia abordaron un autobús. Por ahora ya no caminarán y esperan que el trayecto en el estado de Veracruz sea menos pesado y puedan avanzar más rápido.
“Tengo miedo de que mi hija pierda la vida antes que llegue a Estados Unidos, porque ella está débil, ya no puede caminar”.
