Nueve años fueron reducidos a escombros, luego de que un corto circuito se suscitara en la vivienda marcada con el número 103 en la calle Tilka, ubicada en la colonia Pirámides, en Santa Cruz Xoxocotlán.
En esta vivienda de lámina y madera vivían la señora Dulce, su esposo Roberto y sus tres hijos, uno de ellos con microcefalia.
El martes por la tarde, los tres hijos de Dulce se encontraban en la casa; los más pequeños, de 11 y 12 años de edad, estaban en el patio jugando trompo; entonces, uno de ellos se dirigió hacia el cuarto en busca de un juguete, cuando observa que salen llamas de los cables.
Enseguida llamó a su hermano y se dirigieron al cuarto donde se encontraba acostado el más grande; como pudieron lo cargaron y juntos salieron de la vivienda.
En ese momento, vecinos que se encontraban en la zona y que pudieron observar las llamas, solicitaron el auxilio de las corporaciones.
Minutos después, Dulce recibió una llamada al celular donde le avisaban que su vivienda se había incendiado; lo primero en lo que pensó fue en sus hijos y al preguntar por ellos, le dijeron que los tres se encontraban bien.
Rápidamente llegó a su vivienda y observó que las llamas ya habían cesado, gracias al apoyo de los vecinos, que al ver la tardanza del Cuerpo de Bomberos, prefirieron intervenir.
“Lo primero que hice fue abrazar a mis hijos y ver si se encontraban bien, tranquilizarlos y decirles que para mí lo más importante eran ellos; después, entré a mi casa y todo había desaparecido”.
Dulce es ama de casa, no puede trabajar, ya que el mayor de sus hijos, de 14 años de edad, tiene microcefalia y necesita cuidados especiales. Su esposo es chofer de transporte público. Relata que ese día del incendio tuvo que salir para ir por uno de sus sobrinos.
En aquella casa tenían camas, televisores, muebles, comedor, refrigerador, entre otros electrodomésticos, así como ropa y documentos personales, medicamentos del niño mayor y la silla de ruedas que ocupaba.
“Mi hijo tenía dos sillas de ruedas que le habían donado, pero ambas se quemaron, ya que sus hermanos lo sacaron cargando del incendio”, dijo.
Los niños tienen seguro social, pero el mayor necesita urgentemente sus documentos para recibir medicamentos, ya que es necesario para su salud; para Dulce, mantenerlo en su peso ideal es importante, por lo que en estos días tramitará sus documentos ante las dependencias de gobierno.
“Nuestro niño con microcefalia a veces convulsiona y cuando lo llevamos al seguro, lo primero que nos piden es el carnet de citas y todo eso se quemó”, dijo.
Libretas y libros de los más pequeños, se extinguieron por las llamas; pero gracias a las personas que se han solidarizado, han podido reponer estos artículos necesarios para su educación.
“El uniforme de mi hijo, quien va a la secundaria, se perdió y necesitamos volver a comprarlo; se vienen gastos que nosotros ahorita no teníamos planeado, pero qué podemos hacer”, expresó la madre de familia.
La familia perdió todas sus pertenencias, por lo que actualmente se encuentran viviendo en casa de un familiar.
El comité de la colonia les aconsejó que para evitar que un hecho parecido volviera a suscitarse, construyeran una vivienda de material, ya que la madera y lámina son un material muy inflamable.
“Lo importante es que estamos juntos”, aseguró Dulce, quien con tristeza observa la parte donde antes había unos cuartos y sus pertenencias que con esfuerzo lograron adquirir.
El futuro es incierto, pero la familia se mantiene unida y ha recibido el apoyo de oaxaqueños que se han acercado a ayudarlos con una despensa, ropa o materiales de construcción.
Para quienes deseen apoyar a la familia Rojas Reyes, pueden hacerlo también con donativos a su tarjeta 4198210150843562 de Banco Azteca, a nombre de Dulce Soledad Reyes Santiago.
¡TODOS PODEMOS AYUDAR!
Si desean apoyar a la familia Rojas Reyes, pueden hacerlo también con donativos a su tarjeta
4198210150843562 de Banco Azteca
A nombre de Dulce Soledad Reyes Santiago
- 4 de octubre ocurrió el incendio
- 9 años llevaban viviendo en el domicilio
- 3 hijos tiene el matrimonio
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