Pasar al contenido principal
x

¡A romper platos! Buñuelos, deseos que se cumplen en Oaxaca de Juárez

buñuelos-portada
Foto(s): Cortesía
Israel García Reyes

Una de las tradiciones más antiguas de los habitantes de Oaxaca de Juárez es comer buñuelos durante la temporada invernal para luego de terminado este delicioso postre, romper el plato en el suelo. 

Es durante las fiestas religiosas cuando se instalan los puestos de buñuelos en el centro de la ciudad.

Aunque existen varias recetas para hacer buñuelos, en Oaxaca se elaboran con harina, huevos y leche. El buñuelo es una tortilla muy delgada y quebradiza de más o menos 50 cm de diámetro que es freída en aceite y luego la dejan escurrir. Posteriormente le agregan jarabe de piloncillo y un poco de azúcar con colorante comestible.

Los buñuelos oaxaqueños son un elemento fundamental en la gastronomía tradicional de la región y son considerados como el postre de fiesta por excelencia.

 

 

Origen de los buñuelos

Se piensa que tiene un origen mozárabe y en el recetario de Sor Juana Inés de la Cruz figuraban tres recetas de buñuelos.

Otros recetarios del siglo XVIII, como el del Padre Ávila Blancas, presentan buñuelos de arroz y de jeringa, hechos con pulque o con leche.

En un principio la tradición era vender este postre en platos hondos de barro para después de haber sido usados, pedir un deseo y romperlos.

 

 

Razones para romper el plato

Hay varias versiones de por qué se rompen los platos de buñuelos en Oaxaca. La primera dice que la tradición se remonta a la fiesta de los mexicas denominada Atemoxtli, que era el décimosexto mes en el calendario de esta cultura en que, según algunas crónicas se rompían platos, vasijas y ollas de barro en espera de la llegada del Dios Niño, quien traería una nueva vida al amparo del amor y la felicidad. 

La segunda versión afirma que los platos se rompen en recuerdo de una gran epidemia de cólera que asoló a la ciudad de Oaxaca de Juárez a principios del siglo XX y que, para evitar su propagación, los utensilios de los enfermos se rompían una vez recuperada la salud, esto como muestra de alegría.  

Una tercera versión dice que después de comerse los buñuelos, se pide un deseo y el plato es estrellado en el piso pues la gente cree que si se rompe en pedacitos, su deseo podrá cumplirse. 

 

 

Tradición en peligro

Hoy en día hay muy pocos lugares en la capital oaxaqueña en donde pueden encontrarse puestos de buñuelos y cada vez hay menos.

Hace años se instalaban puestos de buñueleros en la Alameda de León, en el Centro Histórico, pero fueron reubicados. En aquel entonces además podían encontrarse puestos de dulces de frutas cristalizadas, nieves y dulces tradicionales como empanaditas, merengues, barquillos, palanquetas, cocadas y otras delicias.

 

 

El del Jardín Morelos hay un puesto de buñuelos, hay otro en el Jardín San Francisco, uno más en la explanada del templo de San Agustín y otro muy conocido en el Parque Juárez, El Llano.

Cabe mencionar que la disminución de las ventas y la falta de apoyo de las autoridades  lleva a las familias que se dedican a su venta a dejar esta actividad.

Si encuentras un puesto de buñuelos, no dejes pasar la oportunidad de probarlos porque te remitirán a los años de infancia, además de pedir un deseo antes de romper el plato en el piso. Tal vez se cumpla tu deseo.

 

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.