Tanto la directora del Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso, Rocío Arias Cruz, como el personal médico y de enfermería contra quienes la familia de Esmeralda ha hecho señalamientos y pedido su separación del cargo por ser negligentes durante su atención ginecobstetra que inicidó para que su útero se rompiera y su recién nacida esté con muerte cerebral, seguirán en sus funciones porque todavía no hay una resolución o mandato judicial.
El lunes 6 de marzo de este 2023 Esmeralda, una mujer de 32 años que cursaba un segundo embarazo a término, fue referida del Centro de Salud con Servicios Ampliados de San Jacinto Amilpas al Hospital Valdivieso, ya que detectaron que su presión arterial estaba alta (preeclamsia).
Ese problema en su presión arterial no se presentó en su estancia en el Hospital Valdivieso y aunque en el área de urgencias se detectó circular de cordón umbilical en la bebé, determinaron que el trabajo de parto siguiera su curso, pero la madrugada del martes 7 Esmeralda entró de emergencia a quirófano, ya que su útero se rompió y su hija se asfixió de manera severa durante diez minutos, lo que la tiene intubada y con muerte cerebral.
En entrevista, el subdirector de los Servicios de Salud de Oaxaca, Jesús Alejandro Ramírez Figueroa, aseguró que tienen la disposición de coadyuvar con la Comisión Estatal de Arbitraje Médico que desde el martes 7 de marzo inició un expediente de queja, así como con la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo Oaxaqueña, donde la familia interpuso también una queja.
Sin embargo, la demanda de separar del cargo o funciones a cualquiera que trabaje en el Hospital Valdivieso, no será posible si no existe una resolución o mandato judicial.
“En cualquier tema de la culpabilidad se debe ser claro y una vez que haya un fallo lo vamos a respetar. No se tiene contemplado despedir a la directora del Valdivieso porque ningún órgano ha emitido alguna resolución”, aseguró, apelando a la “presunción de inocencia que la ley marca”.
Apenas el martes, una semana después de que le retiraron la matriz, Esmeralda fue dada de alta y volvió a su casa donde la esperaba su hija Gretel, de casi cinco años. “Ya la estaba esperando mi otra hija, se está recuperando bien”, contó su esposo Uriel.
En quien no se observa ninguna mejoría es en su hija recién nacida Lupita, quien la semana pasada fue bautizada en el Hospital Valdivieso porque saben que la muerte cerebral es irreversible.
“Sigue en urgencias pediátricas, en las mismas condiciones, intubada y sin responder a las pruebas de reacción física que le hacen constantemente; antier le hicieron otro estudio de imagen para poder ver el daño al cerebro, pero la muerte cerebral no va a cambiar”, expresó.
“Sigue en urgencias pediátricas (la bebé), en las mismas condiciones, intubada y sin responder a las pruebas de reacción física que le hacen constantemente; antier le hicieron otro estudio de imagen para poder ver el daño al cerebro, pero la muerte cerebral no va a cambiar”. Jesús Alejandro Ramírez Figueroa, Subdirector de los SSO
