La producción de agave-mezcal registra en promedio una pérdida anual de 14 millones de dólares, por los costos relacionados con la degradación de los servicios ecosistémicos de la tierra, tan solo en los municipios de Miahuatlán, Tlacolula y Yautepec, revela el estudio "La Economía de la Producción de Mezcal en Oaxaca, México. El camino hacia la producción sostenible de agave", elaborado por la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbiet (GIZ).
El documento, subraya que entre los años 2003-2019 la pérdida de valor debido a la degradación de los servicios ecosistémicos en los tres municipios fue de 413 millones 12 mil 479 pesos mexicanos, que equivalen a 19 millones 782 mil 186 dólares.
La Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (nombre en español), señala que esto corresponde al valor que los distritos del área de estudio han dejado de percibir debido a la degradación de tierras durante este periodo.
Yautepec presenta mayor vulnerabilidad ya que representa el 44 por ciento de esta pérdida contra 29 por ciento y 27 por ciento para Tlacolula y Miahuatlán, respectivamente.
Añade que los valores observados entre 2020 hasta 2030, según el grado de degradación, reflejan potencialmente los beneficios que la economía del agave-mezcal podría obtener si se toman medidas de gestión sustentable de tierras.
Los valores de nuestra proyección son en valores constantes (corrección de los precios ligados a la inflación).
Si los valores de la producción son negativos esto significa que el valor (equivalente a riqueza en pesos mexicanos constantes) por un volumen de agave equivalente puesto en el mercado en 2019, será menor año tras año.
“En otros términos, la tendencia es la pérdida de valor de la producción de agave en los próximos 12 años (en pesos mexicanos constantes), lo que equivaldría a decir que los agricultores perderían en poder adquisitivo con la producción de agave. La degradación de tierras agrava la pérdida de valor y de riqueza para los productores de agave de los tres distritos”.
Por estas razones propone un programa de producción sostenible de agave para mezcal cuyos beneficiarios serían los productores tradicionales de pequeña escala que poseen hasta 6 hectáreas, lo cual tendría como efecto, mantener la actividad productiva en el campo, viable económicamente y responsable ambientalmente.
Así como el establecimiento de un paquete de incentivos para el fomento de la producción agave-mezcal con criterios de sustentabilidad para productores tradicionales y pequeños productores que demuestren la transición agroecológica de sus sistemas de producción.
