Aunque la participación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios como son la elaboración de tlayudas y totopos contribuye al desarrollo rural, la inclusión, la equidad y la sostenibilidad, las productoras viven entre desafío socioculturales, de acceso a información y a financiamientos.
El estudio “Participación de la mujer en la cadena de valor de maíz tortilla en dos municipios del estado de Oaxaca”, realizado por estudiante de doctorado en Ciencias en Desarrollo Regional y Tecnológico del Tecnológico Nacional de México, campus Oaxaca, identificó también que la provisión de insumos del maíz, la leña y el agua, representan una amenaza a su labor por sus altos precios en el mercado.
La investigación realizada hace dos segmentaciones, por un lado, el tradicional que corresponde a las mujeres productoras de totopos que se localizan en Santa María Xadani, mientras que el segmento dinámico y emprendedor producen tlayudas y se localizan en San Antonio de la Cal.
En ambos casos detectaron que los desafíos de abastecimiento y provisión de insumos se deben al acceso a la materia prima como el maíz, la leña y el agua.
El segmento dinámico y emprendedor, es decir las de San Antonio de la Cal adquieren el agua en pipas y tinacos, esto se traduce en dificultad de acceso y mayores costos para las productoras.
El sector tradicional, es decir las de Xadani obtienen el agua del suministro por parte del municipio con un pago anual. De acuerdo con las productoras tradicionales, en tiempo de sequía y desabasto de agua su producción disminuye, además, no tienen la posibilidad de adquirir el insumo.
En cuanto a los desafíos de producción el estudio indica que se percibe una falta de acompañamiento, acceso a información, capacitación, financiamiento, servicios de salud y redes de apoyo.
Asimismo se encontraron desafíos socioculturales para las productoras que fomentan la sobrecarga de responsabilidades en el hogar además del estigma social de la actividad productiva en la comunidad. En tal caso, el segmento tradicional reproduce y fortalece estos estereotipos de género a través de la herencia de la actividad trazada por la línea femenina que forma parte de su cultura.
