El subsecretario de Prevención y Reinserción Social, Roberto Claudio Castillo Ramírez informó que el Centro de Reinserción Social (Cereso) Tanivet femenil es el único a nivel nacional donde las mujeres privadas de su libertad carecen de uniformes y calzado.
Expuso que los familiares son los que actualmente están comprando tanto calzado como vestimenta para las personas privadas de la libertad (PPL) que se encuentran en el Cereso, debido a la falta de un aumento en el presupuesto.
Expuso que los demás centros del estado sí cuentan con uniformes; no obstante, en el caso de las mujeres no se cuenta con el presupuesto necesario para uniformarse y calzarlas.
Asimismo, el subsecretario detalló que los uniformes que tenían ya se terminaron, por lo que están buscando donaciones para vestir a las mujeres privadas de su libertad que hay en el Cereso.
De acuerdo con las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para Tratamiento de los Reclusos en su artículo 17 señala que toda PPL a quien no se permita vestir sus propias prendas recibirá las apropiadas al clima y suficientes para mantenerle en buena salud.
Dichas prendas no deberán ser en modo alguno degradantes ni humillantes y deberán estar limpias y en buen estado.
La ropa interior se cambiará y lavará con la frecuencia necesaria para mantener la higiene y en circunstancias excepcionales, cuando el recluso se aleje del establecimiento para fines autorizados, se le permitirá que use sus propias prendas o vestidos que no llamen la atención.
El documento Dignificando la Oscuridad explica que un uniforme de prisión tiene el propósito que es hacer que las personas privadas de su libertad sean identificadas instantáneamente, limitar los riesgos a través de objetivos ocultos y prevenir lesiones a través de objetos de ropa no designados.
Además de que pueden estropear intentos de fuga, ya que los uniformes de prisión suelen utilizar un diseño y una combinación de colores que se percibe e identifica fácilmente, incluso a distancias considerables.
