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Pandemia desató la intolerancia: Obispo de Tehuantepec

Crispín Ojeda Márquez, obispo de Tehuantepec.
Foto(s): Cortesía
Luis Ángel Márquez

Ángel Mendoza/Corresponsal

 

TEHUANTEPEC, Oaxaca.- La pandemia de COVID-19 ha provocado un brote de la intolerancia en algunos sectores de la sociedad. Es una incitación a la indiferencia con nuestros semejantes, expresó monseñor Crispín Ojeda Márquez, obispo de la diócesis de Tehuantepec. 

El obispo dijo en su homilía de este domingo celebrada, en la capilla El Sagrario, que la intolerancia representa un riesgo para el bien común e incluso para la sociedad misma. Si bien es cierto que es un concepto difícil de entender, en primera instancia, la pandemia generó un nuevo comportamiento que amenaza la convivencia. 

La COVID-19 ha provocado una gran polarización entre aquellos que creen o no en el virus y los que no le dan la importancia en las medidas de prevención, en la que tanto se ha insistido. 

Señaló que a lo largo de la pandemia hemos visto cómo aquellos que son parte del grupo de incrédulos o de los indiferentes han desacreditado e ignorado las recomendaciones y obligaciones que, se supone, son por el bienestar de todos. 

"El Señor nos pide ser tolerantes y mostrar amor a los demás; sin embargo, a lo largo de la historia todo indica que ha predominado la intolerancia en la sociedad como dentro de las iglesias", dijo. 

Ojeda Márquez citó la vida política de nuestro país como un caso de intolerancia en estos tiempos actuales y que hace sufrir a la sociedad, pues somos pocos tolerantes con quienes no piensan igual que uno por el hecho de pertenecer a otro partido político. 

Puso como ejemplo de nuevos casos de intolerancia la pandemia de COVID-19. Cuando llega a la región del Istmo, se veía mal a aquellas personas que no usaban cubrebocas ni guardaban la sana distancia. Ahora, los que están vacunados ven con malos ojos a aquellos que no lo han hecho, ya que ponen en peligro la vida de los demás. 

Abundó que los que no quieren vacunarse dicen: "no son respetados su estado de conciencia, puesto que ellos, argumentan que las vacunas no son seguras, además de ser inmorales". 

Apuntó: "Sabemos que en algunos templos no se permite la entrada a las personas que no están vacunadas, pero también lugares religiosos en la que no se respetan las medidas sanitaras". 

"Para poder generar la sana convivencia debe darse el respeto mutuo de unos con otros, independiente de su forma de pensar", precisó el obispo Crispín Ojeda en su mensaje del domingo. 

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