A pesar de las disposiciones contenidas en el Tratado entre los Estados Unidos de América, México y Canadá (T-MEC), la mayoría de los cuatro mil trabajadores migrantes oaxaqueños con permiso e ilegales se encuentran en condiciones de explotación ante los abusos y violación de sus derechos por los empleadores y por el gobierno del país de la hoja de maple.
“Canadá no es el paraíso que se vende, hay que luchar para que se respeten nuestros derechos”, afirmó Raúl Gatica Bautista, asistente de la mesa directiva de la organización civil, Sociedad Dignidad Migrante, que lucha por sus derechos desde 2006 en esa nación norteamericana.
Desde Vancouver, el indígena ñuu savi, originario de San Miguelito, Heroica Ciudad de Tlaxiaco, relata que los 100 mil trabajadores migrantes mexicanos en Canadá –entre ellos, los cuatro mil oaxaqueños, originarios de la Costa, de la Cañada, del Istmo de Tehuantepec, de la Mixteca, de las sierras Norte y Sur, así como de los Valles Centrales–, laboran en condiciones terribles cercanas al esclavismo y al apartheid.
“Pensamos que ese sistema de segregación racial ya se había acabado en Sudáfrica con la lucha de Nelson Mandela, pero no, aquí existe en Canadá”, asegura.
Detalla que la mayoría de los programas de trabajo ofertados por el gobierno canadiense no cuenta con mecanismos para garantizar los mínimos derechos de los trabajadores migrantes mexicanos e inhibir el abuso de los empleadores.
“Muchos migrantes llegan con el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (SAW, por sus siglas en inglés). Otros, vienen con el Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales (TFWLS, por sus siglas en inglés), que empleadores promueven con la complacencia de los gobiernos, porque garantiza trabajadores con cero protecciones y beneficios. Y un tercer grupo, llegan legalmente con visa de turistas, pero sin permiso para trabajar en la construcción, cuidando niños, como choferes, en la pintura, en restaurantes y hoteles, entre otros, Ellos, están en condiciones de mucho más abuso y de vulnerabilidad”, asienta.
Subraya que a México se le ha exigido en el T-MEC garantizar representaciones sindicales democráticas, pero en algunas provincias de Canadá está prohibido el derecho a sindicalizarse y peor aún, las leyes no son iguales para los trabajadores migrantes.
“Eso dificulta defenderse, pues el trabajador migrante que se organiza o se queja, simplemente lo despiden o no vuelven a pedirlo. Los hacen trabajar más de ocho horas, 14, 16 y hasta 20 horas, sin pagar tiempo extra. Ningún ser humano puede aguantar tantas horas de trabajo. En la construcción, trabajan sin equipo de protección y varios de los compañeros, han resultado con fracturas o lesiones graves. No tienen descanso, los salarios realmente son mínimos en la escala de este país, tampoco tienen derecho a la salud y vivienda, ya que viven amontonados en un solo cuarto. Los empleadores maltratan y hasta golpean físicamente a los trabajadores migrantes”, agrega.
Lamenta que los consulados de México en Vancouver, Montreal, Leamington, Toronto y Alberta son complacientes y alcahuetes de los abusos a los derechos de los trabajadores migrantes mexicanos, porque existe un total vacío de atención.
“Una de las principales injusticias es la falta de participación de los trabajadores en la elaboración de su contrato, porque los hacen los gobiernos de Canadá y México, así como los empleadores canadienses, pero no los trabajadores migrantes mexicanos. Es, algo injusto si se considera que somos parte fundamental. Incluso, algunos funcionarios que estaban antes en los consulados se fueron a trabajar con los empleadores. Por eso, esperamos que en la Cumbre de Líderes de América del Norte, (a celebrarse el 9 y 10 de enero en la Ciudad de México), el presidente Andrés Manuel López Obrador toque el tema con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau”, anota.
Aunque, destaca que no solamente los empleadores canadienses, sino también los mexicanos quienes han llegado a hacer negocios a ese país, violan los derechos laborales de los trabajadores migrantes.
“Canadá no es la panacea para los migrantes, pero si para los fifís, como dice el presidente, porque han llegado a hacer transas, a promover la construcción y a abusar y esclavizar a los propios mexicanos. Son egresados de la Universidad del Valle de México, del Tec de Monterrey y de la Universidad de Guadalajara, que llegado a establecer negocios de tortilla, nachos, tostada, restaurantes y tienda de productos mexicanos”, asevera.
Por esto, el también escritor dice que la Sociedad Dignidad Migrante, una organización civil formada y dirigida por trabajadores migrantes de México y de otros países de Latinoamérica y del mundo, se ha dedicado a defender los derechos desde hace 16 años en la Corte Laboral de Canadá.
“Nos juntamos para defender los derechos que ya tenemos y ganar otros que nos hacen falta. En este año, atendimos nueve mil casos, entre estos, 11 de oaxaqueños en la Corte Laboral. En un caso que duró dos años, un empleador mexicano debió pagar 37 mil dólares canadienses a trabajadores migrantes que reclamaron pago de salarios, tiempo extra, días feriados, indemnización por despido, vacaciones y descuentos indebidos. Pero, lamentablemente no todos se animan a denunciar por miedo, a pesar de sufrir esclavitud en el trabajo”, finaliza.
La Sociedad Dignidad Migrante
Es una organización de trabajadores migrantes que ofrece 37 diferentes servicios, entre traducción y representación ante ESB, WSBC, HR, así como asesoría médica y apoyo de emergencia. Todos sus servicios son gratuitos.
El mayor número
En Canadá, el mayor número de trabajadores migrantes son de México, entre ellos, los cuatro mil oaxaqueños, por encima de la India.
Reconocimientos
Raúl Gatica Bautista ha sido reconocido con la medalla David Stewart en el 2006 por la organización Horizontes de Amistad y con la medalla Queen Elizabeth en el 2012, la distinción más alta que entrega el gobierno de Canadá por su trabajo en defensa de los trabajadores migratorios. Es fundador de la Sociedad Dignidad Migrante.
