Oriundo de Monjas, una municipalidad localizada a menos de 10 kilómetros de Miahuatlán de Porfirio Díaz, Noel Alberto Cruz Venegas, nacido el 15 de noviembre de 1993, está encaminado a ser uno de los físicos nucleares mexicanos más jóvenes de mayor reconocimiento internacional por su formación académica en renombradas instituciones en el extranjero.
Pero, también por su decisión de compartir con la comunidad sus conocimientos adquiridos con la fundación del Observatorio Solar de Miahuatlán de Porfirio Díaz, el primero de su tipo en el sur de México, para el estudio de los eclipses, como el sucedido el 7 de marzo de 1970, y el que está por ocurrir mañana, catalogado como el “Gran Eclipse Mexicano de 2024”.
De hecho, el fenómeno astronómico de los 70, que convirtió a Miahuatlán de Porfirio Díaz, en la llamada “Capital Científica del Mundo”, al concentrar a cientos de científicos de diferentes países, por ser el mejor lugar para ver el eclipse total de sol, fue la principal influencia para estudiar física.
“Nací en una familia de campesinos. Estudié en la Escuela Primaria Cuauhtémoc de mi comunidad. Ahí, conocí al profesor Zósimo Aquino Bustamante, que me enseñó a escribir, a leer y siempre estuvo muy al pendiente de mi educación. Desde esa época, me surgió la idea de ser científico por el eclipse de 1970 debido a la presencia de científicos de muchas partes del mundo en Miahuatlán de Porfirio Díaz. Veía fotos de aquel tiempo y preguntaba a mis padres, así como a mi abuela, que en paz descanse, qué miraban hacia el cielo y me dijeron ‘son científicos’. Y así, crecí con esa motivación”, cuenta.
Después de terminar la educación primaria, debió trasladarse a Miahuatlán de Porfirio Díaz para cursar la educación secundaria y media superior, donde acrecentó su propósito de convertirse en científico, primeramente en México y posteriormente en el extranjero, siempre becado.
“En 2012, empecé a estudiar la licenciatura en física en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Cuatro años después, me premian con una beca como mejor estudiante por la División de Física Nuclear de la Sociedad Mexicana de Física para hacer una estancia en la División de Física del Oak Ridge National Laboratory en los Estados Unidos (Laboratorio Nacional de Oak Ridge), donde se separó el plutonio para hacer la bomba atómica que fue lanzada en la Segunda Guerra Mundial. Después, pasé a trabajar en el laboratorio subterráneo Snolab (Observatorio de Neutrinos de Sudbury, ubicado en Ontario), donde colaboro con el ganador del Premio Nobel de Física del 2015, Arthur McDonald”, afirma.
En el 2018, cursó su maestría en el Instituto McDonald y en la Universidad de Alberta, para posteriormente iniciar su doctorado en la Universidad de Manitoba, con una beca del gobierno de Canadá.
“Mi doctorado en física subatómica comenzó en el 2022 en esta universidad con el proyecto Moller, donde se investiga si el electrón está hecho de más partes y descubrir nuevas fuerzas o nuevas formas de materia, colisionando electrones con electrones, poniéndolos a escalas muy pequeñas”, agrega.
Mientras, cursa el doctorado, se ha involucrado con la ciencia mexicana con la creación y fundación del Observatorio Solar de Miahuatlán de Porfirio Díaz, el primer laboratorio de física solar del sur de México.
“Lo fundé el año pasado. Con la colaboración de la National Aeronautics and Space Administration (NASA, por sus siglas en inglés) y la Stanford University (Universidad de Stanford), instalamos dos rayos telescópicos para estudiar los eclipses. Así, el 14 de octubre del 2023, se pudo detectar ondas de radio del eclipse solar y el 15 de diciembre, una ráfaga solar. Con esto, estamos corroborando las observaciones que hace la NASA con sus satélites en el espacio”, señala.
Aunque el Observatorio Solar de Miahuatlán de Porfirio Díaz también cumplirá un papel importante en la investigación del eclipse que ocurrirá este día.
“Los datos que vamos a recolectar son de interés de los laboratorios en Estados Unidos. Para poder estudiar estos fenómenos astronómicos, se requiere de tener telescopios en tantas partes sean posibles para estudiar de manera temporal y espacial los efectos del eclipse en la atmósfera”, añade.
Sin embargo, el Observatorio Solar de Miahuatlán de Porfirio Díaz se convertirá sobre todo en una puerta al conocimiento y a la ciencia para cientos de estudiantes de esa municipalidad.
“El eclipse del 8 de marzo del 2024 fue pronosticado justo después del eclipse de 7 de marzo de 1970. Particularmente estos dos eclipses pertenecen a la misma familia, en términos de las posiciones relativas de la tierra, sol y la luna, con desplazamiento al norte. Entonces, en el 2022 me di a la tarea de preparar a mi pueblo para poder observar de manera segura porque sabía que Estados Unidos iba a acaparar la gran mayoría de estos lentes o gafas especiales para poder observarlo. Estos tres mil lentes especiales que están en el laboratorio de Miahuatlán, me fueron donados por la organización Astronomers Without Borders (Astrónomos Sin Fronteras). Lo que hacen ellos es reciclar lentes de eclipses pasados en los Estados Unidos o en otros países de primer mundo”, relata.
Autor de libro del Eclipse del 70
Además de la física nuclear, Noel Alberto se ha convertido también en un especialista de la física solar, donde se ha apasionado. Y fue así que escribió el libro “Eclipse total de sol de 1970: Ciencia y Cultura Astronómica”, para dar entender qué pasó aquel 7 de marzo en Miahuatlán de Porfirio Díaz.
“Siempre he tenido el interés de educar. Entonces, me di a la tarea de investigar y así surgió el libro, para que quien esté interesado tenga una visión completa e íntegra de lo que ocurrió ese día. Lo que hice fue recopilar fotografías de archivos históricos de observatorios en Europa y Norteamérica. Explico cada una de ellas, para ayudar al miahuateco, al oaxaqueño y a la persona interesada en entender que fue este fenómeno astronómico y responder de una manera amplia y general, qué ocurrió el 7 de marzo de 1970”, detalla.
