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Mujeres de Oaxaca se rebelan contra la romantización de la maternidad

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Betza y Aury tienen en común ser amigas y el pensamiento claro, revolucionario y rebelde sobre el mandato social y la romantización de la maternidad. Betza al decidir no ser madre y Aury por su sinceridad sobre lo agotador de la maternidad.

“Yo no he querido tener crías (aunque claro que me gustaría) pero no quiero maternar sola y no quiero tener crías a las que tenga que dejar a cuidar con alguien, a quien tenga que vivir mis angustias porque no hay dinero suficiente, a quien no le pueda dar una casa propia y amplia para que juegue, entre otras cosas que pasan las madres (…)”.

Aquella es la reflexión de Betzaida Peralta, psicóloga, activista feminista integrante del Instituto Género y Familia (Igefam), quien expone algunas de las razones por las cuales las mujeres -que tienen la posibilidad de decidir- optan por no tener hijos o hijas.

En otros casos la determinación parte de simplemente no querer gestar o no postergar sus aspiraciones profesionales o laborales, pero cada vez son más las mujeres que resisten a los señalamientos, estigmas y la presión social dirigida a las no madres.

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) el 18 por ciento de las mujeres de 35 a 39 años de edad en Oaxaca no eran madres al momento de la aplicación de la encuesta.

Además de postergar o cancelar definitivamente la maternidad, la tasa de fecundidad en el estado también registra un cambio importante al pasar de 2.9 hijos nacidos vivos en el 2000 a 2.6 en el 2010 y 2.4 en el 2020.

Si bien el promedio estatal es de 2.4 hijos o hijas nacidas vivas, hay municipios como San Pedro Jaltepetongo en donde el promedio es de 5.0, o en San Juan Ihuantepec que es de 4.5, San Juan Diuxi 4.2 y Santiago del Río 4.0; por el contrario, los municipios con menor tasa de fecundidad son San Sebastian Tutla con 1.5, San Jacinto Amilpas 1.7, Santa Lucía del Camino 1.7, San Pablo Etla 1.7, así como Santa Cruz Amilpas. Los primeros, municipios indígenas y rurales, los segundos de la zona conurbada a la capital.

Charlynne Curiel, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) explica que las mujeres que están tomando la decisión de ser madre o tener menos hijos, son mujeres de clase media baja, pero no las mujeres de los sectores populares ni las de los pueblos rurales.

“Allá hay mucha intolerancia a la posibilidad de que una mujer decida no cumplir con el mandato social. El no maternar es casi un privilegio de las mujeres que llegaron a los estudios universitarios, que quieren seguir profesionalizándose, que tiene un buen empleo, que no quieren dejar su carrera e intereses personales por dedicarse a la maternidad”, explica.

Una de las ideas más fuertes producida históricamente por el patriarcado es el vínculo de la mujer como madre. Éste ha planteado en el imaginario social y colectivo que la única posibilidad que las mujeres tienen para convertirse en seres humanos “respetables” es a partir de su maternidad, indica.

Así, con una gran carga romántica y esencialista, paradójicamente se reivindica a la imagen de la madre como pura, santa y virginal sólo en el 10 de mayo día de las madres, pero el resto del año se le explota, discrimina, se le violenta y atropellan sus derechos.

Por otro lado -agrega- cumplir con el mandato social construido como un imperativo moral para las mujeres, tiene varias consecuencias, una de éstas es el retraso o postergación de planes profesionales o laborales bajo la presión del llamado reloj biológico.

Para la socióloga feminista, la efeméride debe ser aprovechada para reflexionar las condiciones en las que se están ejerciendo las maternidades en el mundo, pero sobre todo en nuestro país, que son maternidades que se vive y experimentan con muchas dificultades.

“Cada vez hay más mujeres criando de manera autónoma, las jefaturas femeninas que han aumentado en el país de manera alarmante hablan de un proceso de abandono de los progenitores. Las mujeres quedan en mucha desventaja social frente a las condiciones estructurales económicas a las que se enfrentan y que empeoraron con la pandemia. Hay miles de mujeres en condiciones muy precarias, pero tratando de sacar adelante a sus criaturas”.

Maternidad, labor agotadora

“Llevo 12 años criando a dos hijos sola. Y de verdad me siento ya agotada. Sin ganas de enseñarles más que a cocinar, a lavar su ropa, a planchar para que aprendan solos. Siento que han sido 24 años encima por ser dos hijos y por hacer el trabajo de dos. Cierto que nadie me obligó a ser madre, pero ya me siento muy cansada. Tengo 41 y me siento como de 60 y me veo como de 55. Llego del trabajo a casa realmente cansada y me siento a toda madre cuando son vacaciones y se van con su papá. Los amo infinitamente”.

El testimonio de Aury compartido en redes sociales, es el reflejo de miles de mujeres que ejercen su maternidad de manera autónoma y con grandes complicaciones, el reflejo de una maternidad no romantizada, aquella que muchas mujeres viven en silencio porque socialmente la maternidad exige abnegación y sacrificio sin queja.

Lizbeth Díaz Díaz, psicóloga, maestra en neurociencias de la conducta e integrante de la Colectiva Jurídica por la Dignidad Disidente (Cojudidi), señala que la gran carga mental, física y laboral que implican los cuidados y crianzas en las mujeres madres, no sólo disminuyen la energía que pueden dedicarse a su propio cuidado, alimentación o sus proyectos, también disminuye su calidad de vida.

“Las consecuencias evidentes de este cansancio se relaciona con la presencia y aparición de algunos trastornos de índole emocional que pueden ser problemas relacionados con la ansiedad, con la depresión que impactan no sólo en las actividades diarias sino en la motivación para realizar el cuidado propio”.

Evidentemente -agrega- en esta sociedad en donde los roles de género están tan marcados, si una mujer esta cansada o deprimida hay un doble peso social de la expectativa e idealización que se recarga en las mujeres.

 

Cifras Inegi del Censo de Población y Vivienda 2020

1 millón 183 mil 615 mujeres de 12 años y más con hijas e hijos nacidos vivos en Oaxaca

5.9 soltera

17.2 casada por sólo por el civil

4.8 casada sólo religiosamente

27 % casada civil y religiosamente

21.9 % unión libre

9.7 % separada

1.4 % divorciada

12.1 viuda

 

5 municipios con más mujeres de 12 años o más, con hijas e hijos nacidos vivos

Oaxaca de Juárez

San Juan Bautista Tuxtepec

Juchitán de Zaragoza

Santa Cruz Xoxocotlán

Salina Cruz

 5 municipios con menos mujeres de 12 años o más, con hijas e hijos nacidos vivos

San Mateo Tlapiltepec

Santiago Nejapilla

Santiago Tepetlapa

Santo Domingo Tlatayápam

Santa Magdalena Jicotlán

 

“Yo no he querido tener crías (aunque claro que me gustaría) pero no quiero maternar sola y no quiero tener crías a las que tenga que dejar a cuidar con alguien, a quien tenga que vivir mis angustias porque no hay dinero suficiente".

Betzaida Peralta, psicóloga

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