La majestuosidad de Monte Albán y la riqueza cultural del Museo de las Culturas de Oaxaca los han colocado entre los destinos preferidos del turismo en México durante el presente año, según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Hasta la fecha, las estadísticas revelan que un total de 1,799,374 visitantes han explorado diversas zonas arqueológicas y museos en todo el país.
Entre las zonas arqueológicas más destacadas se encuentran Chichen Itzá (Yucatán), Teotihuacán (Estado de México), Tulúm (Quintana Roo) y Monte Albán (Oaxaca), que han capturado la atención del mayor porcentaje de visitantes.
En la categoría de museos, los más visitados incluyen el Museo Nacional de Antropología, el Museo Nacional de Historia, el Museo del Templo Mayor y el Museo Nacional de las Culturas, todos ubicados en la Ciudad de México, junto con el Museo de las Culturas de Oaxaca, resaltando así la relevancia de este último en el panorama cultural nacional.
Monte Albán, con sus 31,897 visitantes este año, fue en su tiempo una de las ciudades más importantes de Mesoamérica, fundada alrededor del 500 a.C. sobre la cima de una montaña en los Valles Centrales de Oaxaca.
Funcionó como la capital de los Zapotecas desde los inicios de nuestra era hasta el 800 d.C. Durante su apogeo, albergó a aproximadamente 35,000 habitantes, mayormente asentados en terrazas en las laderas de la montaña, dedicados a la agricultura.
Su conexión con Teotihuacán durante el periodo Clásico es notable.
El Museo de las Culturas de Oaxaca, anteriormente conocido como Museo Regional de Oaxaca, ocupa el ex-convento de Santo Domingo de Guzmán.
En lo que va del año 2024, ha recibido a 16,505 visitantes. Este museo representa un tesoro arquitectónico valioso para la historia del estado, desde la época colonial. Con 14 salas de exhibición permanente, ofrece un extenso acervo arqueológico, histórico y etnográfico.
Adicionalmente, cuenta con nueve salas temáticas que ofrecen una visión integral de las diversas actividades tradicionales oaxaqueñas, como la cerámica, la orfebrería, la talabartería y la gastronomía, entre otras. Gran parte del acervo exhibido proviene de exploraciones realizadas por el personal del INAH en el territorio oaxaqueño.
