Amando Orozco
Juchitán, Oaxaca.– Personal de la Secretaría de Gobierno (Sego), encargado de la coordinación del Centro de Movilidad Migratoria (CMM), asegura estar atento ante la posible llegada de miles de migrantes que partieron en caravana, la semana pasada, desde Tapachula, Chiapas.
Desde que las autoridades de los tres órdenes de Gobierno habilitaron el Centro de Movilidad Migratoria (CMM), en el espacio que era ocupado por la Guardia Nacional (GN), el 25 de septiembre, el número de personas que han pasado por este lugar se cuenta por miles.
En ese entonces, en Juchitán se calculaba la presencia de tres mil 600 migrantes concentrados en el crucero de la ciudad; al instalar el CMM se trasladaron alrededor de mil, que horas después comenzaron a viajar hacia la ciudad de Oaxaca.
Migración aumenta
En las primeras dos semanas, desde este CMM viajaban alrededor de 600 personas diariamente a la ciudad de Oaxaca y a la Ciudad de México poco más de mil 200 migrantes.
A mediados del mes de octubre, el número de migrantes que viajaban diariamente fue de poco más de dos mil; “ahorita ya rebasamos los tres mil migrantes”, comentó Angelino López Cortés, funcionario de la Sego.
Reconoció que los migrantes que están ingresando al territorio oaxaqueño vienen decididos a llegar hasta Juchitán, desde donde pueden abordar un autobús para viajar a la Ciudad de México o a Oaxaca.
“Pensamos que la caravana de migrantes que viene se va a disolver en el camino; muchos van a quedarse y otros van a seguir”, dijo.
Actualmente, el Centro de Movilidad Migratoria está recibiendo ciudadanos de Haití, Nicaragua, Cuba y Venezuela, a quienes se les considera con nacionalidad de estancia regular.
En ese lugar, donde hay más de seis mil personas, el 50% son haitianos; es decir, hay tres mil ciudadanos de Haití; el 30% de Venezuela, 15% son de Cuba y solo el 5% son Nicaragua.
El pasado domingo, desde este centro de movilidad salieron 60 autobuses con destino a la Ciudad de México; un aproximado de dos mil 500 migrantes, y todos los días –de 5 de la tarde a 9 de la noche- se vive un verdadero frenesí para abordar los autobuses.
En este espacio no se permite la movilidad de ciudadanos de Nicaragua, Ecuador, Colombia, África, China, y otros países más, pero son los que actualmente circulan por las calles de la ciudad, algunos pidiendo dinero y alimentos; otros, esperando cobrar envíos de dinero.
