Amando Orozco
JUCHITÁN, Oaxaca.- Brigadas municipales de San Miguel Chimalapa, coordinadas con brigadas de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), continúan atendiendo incendios que se siguen presentando en la zona oriente de los Chimalapas, a pesar de la ocurrencia de lluvias.
El director regional de la zona Pacífico Sur de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Jesús Antonio Ramírez Guerrero, informó que estas tareas de combate se realizan de manera conjunta para tratar de controlar un incendio forestal en el Área Natural Protegida (ANP) del Cordón del Retén.
Informó que desde que recibieron el primer reporte de este nuevo incendio, el pasado jueves, se le dio la atención con el ingreso de tres brigadas comunitarias de San Miguel Chimalapa, de la Conanp y de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), que integran el Comité Técnico Operativo (CTO).
Señaló que las condiciones atmosféricas que prevalecen en la zona, aunado a la alta acumulación de combustible ligero y pesado, han dificultado las acciones de combate, pero pese a estas condiciones adversas, los brigadistas controlaron ya
este incendio.
“El jueves por la tarde se complicó un poco el trabajo, debido a los fuertes vientos que han azotado la zona”.
Reveló también la existencia de otros dos incendios más; uno en la parte limítrofe con el estado de Chiapas, hacia la comunidad de El Quebrachal, y otro que se está registrando en el paraje El Palmar, en los límites de Santiago Niltepec, donde se ha complicado el trabajo, pues lo combatientes tienen que caminar hasta siete horas.
Reiteró que estas labores de combate dependen mucho de las condiciones climatológicas, pues durante el mediodía suelen generarse rachas de vientos fuertes que propagan las llamas.
“Ya nos ha llovido en la zona pero no ha sido suficiente. Ha sido tanta la resequedad que todavía no nos ayuda, pero esperamos que pronto tengamos más humedad”.
Invitó a la población a hacer uso responsable del fuego, al utilizar cerillos para hacer fogatas o llevar a cabo quemas agropecuarias; además de los cazadores furtivos que también usan el fuego como método para sus ilícitas actividades.
