El Arzobispo Pedro Vázquez Villalobos lamentó que en Oaxaca no existe paz ante los constantes enfrentamientos entre pueblos y asesinatos.
“Se pierde la paz, la alegría y el gozo de vivir, porque hay lágrimas, dolor y sufrimiento en muchas familias a causa de tantos y tantos asesinatos”, asentó.
Por eso, el mitrado convocó a los católicos a que Jesús, el Príncipe de la Paz, reine en sus corazones, en las ciudades y en los pueblos.
“Pero eso, depende de cada uno de ustedes, de cómo reciben al Mesías y de cómo lo tienen en su interior”, asentó.
De este modo, llamó a los creyentes a revisar su familia y su casa, porque a veces se pierde el amor, no hay perdón, misericordia y paciencia.
“Cuántas discusiones, cuántos pleitos, cuántos reclamos en la vida familiar y son hijos de Dios”, añadió.
Subrayó que los católicos como hijos de Dios no son capaces de vivir como hermanos y en consecuencia, existe dolor y tristeza hay en muchos hogares nuestros.
“Tienen que postrarse en adoración ante el Príncipe de la Paz, ante el que es la Luz que ilumina. Necesitan de esa luz, de esa claridad. Necesitan seguir profundizando y llevando a la vida el Evangelio de Nuestro Señor”, afirmó.
Destacó que los creyentes necesitan revisar si están amando a Dios, como ellos ama.
“Que esa sea su motivación y su compromiso, hacer el esfuerzo en este nuevo año de vivir intensamente el amor, de vivir ese mandato nuevo y de alegrar los corazones de los demás, aceptándolos así como son, amándolos así como son, aunque pensemos diferente”, señaló.
Vázquez Villalobos también pidió a los católicos fijarse en el despreciado, en el pobre y en sus hermanos indígenas, a pesar de no ser de su color de piel.
“Fíjense en ellos y mírenlos con ternura y con amor en su nuestra casa, en su trabajo y en la relación con los demás. Alegren al hermano que quizá con una palabra suya, llenarán su corazón de alegría, porque se sentirá valorado y amado por ustedes”, finalizó.
Mucho amor de oaxaqueños
"Me siento muy amado y muy querido por los oaxaqueños y seguiré diciendo, inmerecidamente, pero sé que ese amor que me regalan, es a Jesucristo en la persona de su arzobispo y en la persona de su sacerdote. Muchas gracias por todo ello”.
Pedro Vázquez Villalobos, Arzobispo de Oaxaca
