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Escoleta Narciso Lico, al compás de la música tradicional de Oaxaca

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Foto(s): Nadia Altamirano Díaz
Nadia Altamirano Díaz

Antes de que naciera Eréndira Cruz, una niña de siete años que aprende a tocar el saxofón, el compositor Narciso Lico Carrillo (Oaxaca, 1956-2015) creó para ella y otros niños una escoleta en la ciudad de Oaxaca, la cual basa su existencia en el aprendizaje de la música tradicional desde la convivencia en comunidad.

Nacer en Villa Alta significó para Narciso Lico que su corazón latiera al compás de los sones y jarabes intrínsicos de la sierra oaxaqueña.

A los 12 años Narciso comenzó una carrera de músico que acuñó más de 400 composiciones como Serrana de mi alma, la cumbia Remendón, el danzón "Quiero un café" o la obertura "Tempestad".

 

 

Además de que con maestría tocaba el bombo, el saxor, el saxofón alto y  la trompeta, Narciso Lico dedicó su vida a sembrar en el corazón de niños, niñas y adolescentes el amor por la música tradicional, a formarlos y agruparlos en bandas.

La magnitud de su trabajo le permitió en 2013, dos años antes de su muerte, recibir el Premio Nacional  de Ciencias y Artes en la categoría de Artes y Tradiciones Populares.

Legado vivo

“Este es el último proyecto que mi padre alcanzó a consolidar”, dice con orgullo Francisco Lico Ventura, quien da empuje desde Oaxaca a la escoleta, ya que su hermano Raúl hace algo similar con Lico Music Academy desde Los Ángeles California, en Estados Unidos.

Desde los seis años Francisco aprendió, bajo la batuta de su padre, la disciplina, pero también la pasión por la música profesional de la que no se ha podido soltar, ya que ha intentado ser contador, pintor o arquitecto, pero siempre ha regresado al mundo de las notas musicales.

 

 

“Con la música yo puedo expresarme”, dice un hombre introvertido que siente que con este arte puede llorar, reír o todo lo que requiera para hacer una mejor interpretación.

La enseñanza de su padre, afirma “es humildad, pasión y entrega porque él se desvivía por las bandas de Oaxaca”, rememora Francisco, quien además de tocar, aprendió a componer y a enseñar esos valores a quienes temprana edad aspiran a hacer música.

En marzo de 2015 en una casa en la colonia Volcanes, en el municipio de Oaxaca de Juárez, Narciso Lico comenzó una escoleta cinco meses antes de fallecer, pero su proyecto no murió con él.

Semillero de músicos

A la par del inicio de esta escoleta, Edson Yair Sánchez González recibió las primeras enseñanzas sobre la música, donde le nació la inquietud de formarse tres años como técnico profesional en el Centro Educativo Musical en Santa María Tlahuitoltepec, cuna de músicos.

El deseo de Edson es estudiar una licenciatura en Música e Innovación en el Conservatorio Nacional o en la Universidad Panamericana, en la Ciudad de México.

Antes de ello, eligió la escoleta para realizar su servicio social y entre juegos compartirles el cariño a la música.

 

 

Edson no tiene dificultad para lograrlo. Frente a un grupo de niñas, niños y adolescentes usa las palmas para tocar sus piernas y hacer chasquidos con sus dedos y marcar el pulso y acento rítmico de Pin Pon es un muñeco, una canción infantil. 

También del Cecam y de la Banda Municipal de Tlahuitoltepec colabora con esta escoleta el recopilador Medardo Díaz Gutiérrez. 

Cuando Medardo describe a un niño o niña que vive en la ciudad de Oaxaca observa un potencial musical que ellos o su mamá o papá desconocen.

“Trato de motivarlos explicando cómo la música está dentro de nosotros, independientemente de si serán músicos, actores, cantantes o lo que vayan aprendiendo”, ya que para él la música es la columna vertebral que sostiene la vida misma.

Hacer comunidad

Mientras aprenden y ensayan, en la cocina de la escoleta se pica tomate y se amasan los tamales.

Laura Chimil Bollo, quien es madre de Antonio, junto con otras madres, ofrecen sus habilidades en la cocina para preparar agua fresca y la comida que compartirán cuando termine la clase de dos horas.

“Venimos a cocinar para ellos, pero también para convivir”, dice contenta de que desde hace dos años lograron tener una pequeña cocina comunitaria que ofrece alimentos saludables y permite conectarse con las raíces de sus comunidades, no sólo de la Sierra, si no también de otras regiones como el Istmo de Tehuantepec.

 

 

“Al momento de que ellos quieren estudiar música tradicional, pues yo siento que tenemos que apoyarlos más para que no se pierda esa cultura”, reflexiona Laura.

Taurino Ortega llegó con su hijo José Miguel de 16 años en 2022 por el deseo de aprender a tocar piano, pero comenzó con el solfeo y la trompeta.

“El primer mes estuvo ensayando percusiones y se integró luego porque tenían una presentación en la Alameda de León”, recuerda gustoso de pertenecer a una escoleta comunitaria donde mamás y papás son parte fundamental.

Los ensayos son martes y jueves de 16:00 a 19:00 horas y los sábados y domingos de 12:00 a 15:00 horas.

El poder de la música

Con la serenidad de adentrarse a una pasión que empieza a conocer, Eréndira sostiene con firmeza el instrumento de metal, toma aire y sopla por la boquilla mientras parte de su boca siente la caña. Sus dedos presionan las llaves precisas del saxofón para que las notas que comienza a aprender suenen sin desafinar.

Por ahora, Eréndira es la integrante de menor edad de la escoleta musical de la Banda Filarmónica Maestro Narciso Lico Carrillo, a cuyo fundador no necesitó conocer para ser alcanzada por el amor a la música tradicional.

 

 

¿Quién fue Narciso Lico Carrillo?

  • Nació el 18 de marzo de 1956 en Villa Alta, Oaxaca.

  • Músico tradicional zapoteca, compositor, arreglista y copista.

  • Inició su formación musical a los 12 años.

  • Sabía tocar el bombo, saxor, saxofón alto y  la trompeta.

  • En 2013 recibió el Premio Nacional  de Ciencias y Artes en la categoría de Artes y Tradiciones Populares.

  • Falleció en Oaxaca el 5 de agosto de 2015.

 

“Al momento de que ellos quieren estudiar música tradicional, pues yo siento que tenemos que apoyarlos más para que no se pierda esa cultura”.

Laura Chimil Bollo, madre de estudiante 

 

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