El encarecimiento de productos y servicios básicos es todavía más duro para las madres de familia que asumen totalmente la manutención y crianza de sus hijas e hijos por el abandono de la responsabilidad del padre.
“Trato de seguir mi vida normal, no pensar en que todo va subiendo, pero es inevitable no sentir la afectación. Antes decía: aunque sea comemos un frijolito con huevo, pero ahora sale más caro comer huevo. Lo he comprado hasta 4 pesos la pieza”, señala Miriam Ávila, quien forma parte del universo de más 35 millones de mujeres que en México enfrentan solas la maternidad, de acuerdo con cifras del Inegi.
El aumento en los precios ha llevado a Miriam a dejar de consumir productos que antes estaban presentes de manera regular en su mesa. “Hemos reducido nuestro consumo de pan porque ahora está hasta cinco pesos la pieza. Antes compraba medio cono de huevo porque me alcanzaba, ahora sólo compro diez huevos, en el caso de la carne también hay incremento. Antes el chorizo lo compraba a 27 pesos el cuarto y ahora ya cuesta 37. Un queso chico de 25 pesos. Cuando me doy cuenta el monedero ya lo resintió”, expresa.
Del padre de sus dos hijos recibe en promedio 200 pesos diarios, mismos que resultan insuficientes para cubrir todas las necesidades alimenticias, de vestido y salud.
Diana Luz Vázquez Ruiz, impulsora de la Ley Sabina que busca que los deudores alimentarios morosos cumplan con su obligación hacia sus hijas e hijos o sean sancionados, explicó que son las llamadas “madres solteras” las más afectadas por las crisis económicas pues además de verse limitadas a trabajar por lo que implica los cuidados y crianza, también suelen estar en trabajos con sueldos precarios y no contar con pensión alimenticia.
“Regularmente las mujeres que somos madres solteras o autónomas tenemos más riesgo de asumir condiciones de pobreza porque son quienes suministran los gastos de alimentos, vestido, vivienda y salud porque hay padres ausentes”, indicó.
El no poder tener acceso a la canasta básica además vulnera a las infancias porque tienen que suprimir productos de su alimentación que deriva en otros problemas de salud.
De acuerdo con datos del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), por entidad federativa, Oaxaca fue uno de los estados del país que presentó el mayor incremento anual en mayo al ubicarse en 10.18 por ciento; es decir, donde los hogares perdieron más poder adquisitivo.
