El arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos lamentó que algunos pueblos de la entidad cuenten con armas de alto poder para atacar a sus hermanos de las comunidades vecinas.
“¿Para qué ir a Israel, a Palestina, a Gaza o a otras ciudades?”, preguntó.
En la homilía de la Solemnidad de Navidad, celebrada en la Catedral de Nuestra Señora de La Asunción, el mitrado retomó el mensaje del papa Francisco durante la bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y el mundo), ofrecida en El Vaticano, donde describió la realidad del mundo, especialmente la realidad de muerte ocasionada por las guerras.
“Fue enumerando una, otra y otra, guerras por donde quiera, es un gran sufrimiento de la humanidad”, asentó.
Expuso que el sumo pontífice también habló del negocio de las armas, el más grande negocio de todo el mundo, porque el narcotráfico no le llega ni a los talones.
“Con las armas se mata, con las armas no se ama, ¿para qué se hacen de un arma? Dicen que para defenderse, pero se defienden matando”, anotó.
Incluso, subrayó que algunos pueblos de Oaxaca cuentan con armas de alto poder para atacar a sus hermanos de la comunidad vecino.
“Algunos pueblos nuestros oaxaqueños están armados, nuestra gente de esos pueblos tiene armas de alto poder, ¿qué nos dirá el príncipe de la paz? Que no estamos viviendo como hermanos, que no estamos pensando en amarnos sino en armarnos, que es distinto”, anotó.
Por esto, destacó que los católicos deben pensar cómo vivir el amor y no cómo tener armas en sus manos.
“Trabajen por la paz, pero para que haya paz, debe haber justicia, todos tienen que trabajar por la justicia, por la paz y por el amor”, agregó.
Vázquez Villalobos también pidió al Dios Niño tocar el corazón de los creyentes para que los llene de alegría, paz, gozo y puedan contagiar a sus hermanos de la vivencia navideña.
“Así lo quiere la palabra que se hizo carne y habitó entre nosotros. Que sigamos viendo Su gloria y que toda persona dé gloria a Dios por lo que se hace y que iluminemos este mundo con nuestras obras para que no sea un mundo de tinieblas, sino un mundo de luz, un mundo donde esté la verdad y un mundo donde esté la presencia de Dios”, afirmó.
