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Doña Margarita preserva la tradición con dulces regionales en Oaxaca

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Foto(s): Cortesía
Ana Lilia Pacheco

Desde la esquina de la Calzada de la República con Murguía, un olor a pan horneado nos guía hacia la casa en la que, desde hace más de 60 años se hornea tradición característica de las y los oaxaqueños.

Aunque actualmente esta casa está rodeada de comercios, a todos les gusta el olor que sale de ella y no pueden evitar acercarse a tocar a la casa para comprar lo que ahí dentro se vende.

 “Si quiere dulces regionales, toque la campana” dice un letrero en la puerta de la casa y al entrar, un gran pasillo, con mesas de madera llenas de recipientes transparentes que sirven para antojar a quien los vea, ya que en su interior hay cocadas, conos de lechecilla, nenguanitos y otros dulces.

 

 

En el primer cuarto es donde sucede la magia. Un gran horno de barro, el cual tiene más de 60 años, de acuerdo con doña Margarita, hornea conos, empanadas, gaznates y borrachitos.

Mientras algunos dulces se hornea, Margarita Elena García Cortés y su hermano Federico Jaime están llenando empanadas y conos con lechecilla y untando betún a los gaznates, actividad que cuando eran pequeños no les gustaba tanto, pero ahora disfrutan.

Dulces regionales de don Florentino

Los dulces regionales de don Florentino eran conocidos desde hace 60 años. Estos se caracterizaban por su sabor y buena atención, lo cual han tratado de conservar los hermanos García Cortés.

 

 

Doña Margarita recuerda que cuando era pequeña, su papá, don Florentino, les pedía que untaran la lechecilla, limpiaran latas y otras actividades que no eran difíciles, pero con los años fueron aprendiendo este oficio que aunque ya no tiene el nombre de su padre, conservan la receta.

Tanto así que aún vienen a comprarles clientes de sus papás, que aunque ya no están en este mundo terrenal, siguen en sus recuerdos, sobre todo del sazón que los caracterizaba.

La comerciante afirma que aunque han pasado los años, las roscas de yema aún le cuesta trabajo hacerlas, debido a los ingredientes y el proceso de elaboración, pero los barquillos son los que le salen muy bien.

 

 

Negocio familiar

Margarita relata que este siempre ha sido y continúa siendo un negocio familiar, en el que trabajan sus hermanos y sobrinos que preparan o venden los dulces regionales, esto en las calles de la capital, ferias en los municipios o incluso en otros estados.

Afirma que ha participado en ferias de Ciudad de México, Tlaxcala y Yucatán, en donde se ofertan productos oaxaqueños, entre ellos, sus dulces regionales, siendo los más solicitados los conos y empanadas rellenas de lechecilla.

 

 

Diariamente, preparan 5 kilos de masa de cada uno de los dulces regionales de los cuales salen entre 100 y 200 piezas, los cuales se les termina de vender, pero asegura que es en Semana Santa, Día de la Samaritana, Guelaguetza y fiestas decembrinas cuando deben preparar el doble de masa debido a la alta demanda.

Aunque los precios de los insumos han aumentado, la familia García busca cómo seguir dando buen precio de sus productos, pero el costo de la harina, azúcar y huevos está provocando que haya un pequeño aumento.

Sin embargo, no los detiene para todos los días comenzar a trabajar desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche para seguir siendo de los favoritos de cientos de oaxaqueños y turistas que prueban sus dulces.

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