Contrario a lo que logró en 2020, durante el año 2021 Oaxaca redujo en un 3.9 por ciento su producción de amaranto, lo que le llevó a una variación de 123 a 119 toneladas cosechadas entre un año y otro.
Durante 2021, fueron dos entidades las que concentraron casi el 90% de la producción de este grano que pertenece al grupo de los cereales y cuyo consumo aporta fósforo, magnesio y calcio que favorece la salud cardiovascular y ósea.
Puebla aportó 3 mil 509 toneladas de amaranto a la producción nacional, mientras que Tlaxcala 2 mil 39 toneladas. En tercer lugar se posicionó el Estado de México, pero con apenas 373 hectáreas, una décima parte de lo que logra el principal productor del país.
Ciudad de México cosechó 128 toneladas y Oaxaca casi una cantidad similar, mientras que la cifra más baja la consiguió Morelos con apenas once toneladas.
Estas seis entidades en conjunto cultivaron en 2021, 3 mil 194 hectáreas de amaranto para una producción global de 6 mil 178 toneladas, 9.8% más que el año anterior, dado que la superficie sembrada se incrementó en un 10%.
La planta de amaranto puede alcanzar de medio a 3 tres metros de altura y se cosecha principalmente de octubre a enero, pero gracias a sus diversas presentaciones la disponibilidad de la semilla es constante durante todo el año.
Posee hojas anchas y brillantemente coloreadas que también se pueden aprovechar, pero son principalmente sus flores violetas, anaranjadas, rojas y doradas (que se parecen a las del sorgo) de las que se obtienen semillas que representan el principal producto del amaranto y con las cuales se pueden elaborar harinas y dulces.
En el panorama agroalimentario 2022 la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural detalló que del volumen que México produjo del cereal durante 2021, el 1.6% se destinó al mercado internacional.
En México el consumo anual por persona es de apenas 47 gramos, lo que explica por qué este cultivo representa sólo 0.02% de la participación en la producción nacional de granos.
