Tehuantepec, Oaxaca.- Este año, luego de las tradicionales peregrinaciones al santuario de la Virgen de Juquila, los fieles católicos reanudaron su caminar después de la pandemia de COVID-19, para dar gracias por su vida.
Durante el día y la tarde, decenas de peregrinos hacen una pausa en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, donde el obispo de la diócesis de Tehuantepec Crispín Ojeda Márquez abrió las puertas del recinto religioso para que descansen un rato y después continúen su camino hacia sus comunidades de origen.
En las diferentes carreteras que comunican a la región del Istmo se pueden apreciar numerosos contingentes de devotos católicos con antorcha encendida en brazos y la morena del Tepeyac estampada en sus camisetas que regresan de Santa Catarina Juquila.
Según la tradición católica, el 8 de diciembre es la fiesta de la virgen de Juquila en Oaxaca, pero algunos lo hacen días antes para no saturar el santuario de tantos peregrinos que llegan de todas partes del país.
Varios grupos de peregrinos del Estado de Chiapas regresan de Santa Catarina después de rendir tributo a la virgen de Juquila; y a su paso por tierras del Istmo dejan constancia de su visita portando la antorcha ante la mirada de cientos de curiosos.
El año pasado, también hubo peregrinaciones; sin embargo, la pandemia de COVID-19 impidió que entraran al primer cuadro de la ciudad para no correr el riesgo de contagiarse y las reconstrucciones por los sismos del 2017 que aún no terminaban.
El joven Roberto García, del municipio de Chenalho, Chiapas afirma que están a tiempo para estar presente a la fiesta en honor a la Virgen de Guadalupe, como una tradición familiar al que no debe faltar.
Destacó que la fiesta se realiza en la iglesia de su comunidad desde hace muchos años y ha trascendido a través de las generaciones.
