JUCHITÁN, Oaxaca.- Los zapotecas celebran el solsticio de invierno con una peregrinación a la orilla de la playa en la pequeña capilla dedicada a la Santa Cruz de los Pescadores; el ceremonial debe ser un sábado que suele ser cercano a la fecha del acontecimiento celeste.
Para este año, fue el 17 de diciembre en la madrugada cuando se realizó la peregrinación de la casa del mayordomo y caminaron los 11 kilómetros que median entre la ciudad y la playa ubicada a orillas de la Laguna Superior o Santa Teresa a nueve horas de camino.
La caminata empezó desde las 5 de la mañana, encabezada por las cruces de los pescadores, que es cargada por mayordomos y a ratos por los peregrinos, que entre rezos e incienso, retoman este rito ancestral.
Después de salir de la población, se encaminaron por la carretera Juchitán-Unión Hidalgo y caminan por ésta a lo largo de tres kilómetros; el resto es por caminos terraceros que atraviesan ranchos particulares y también entre aerogeneradores.
La peregrinación de la Pasión Guzebenda o de los pescadores, es uno de las más importantes lugares sagrados de los zapotecos; lo preceden los sitios sagrados de Guelabe’ñe’, Igú, Guichi Gueeze’, entre otros.
La ida a la playa se recompensa con los alimentos que ofrecen los campesinos a los peregrinos cuando atraviesan por sus ranchos, además de que en la víspera los pescadores ofrecen al mayordomo el producto de sus capturas con la que se cocina una gran cantidad de caldo de pescado y mariscos que se regaló a las personas que llegaron a la capilla.
La peregrinación a la playa es una forma de vida de varias generaciones de juchitecos que acuden a pedir favores o pagar mandas o simplemente por cumplir con una costumbre ancestral y el encuentro con el cielo nocturno de quienes se quedan en la noche con sus familias a la orilla de la playa.
El domingo se realizó la misa a cargo del párroco de Esquipulas, Jesús Gutiérrez, y se llevó a cabo una fiesta.
