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Campesinos luchan por la defensa del maíz nativo en Guelatao, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Octavio Vélez Ascencio

A principios del 2000, organizaciones campesinas, indígenas y civiles de Oaxaca, Puebla, Chihuahua y Veracruz, entre otros estados, se organizaron para analizar la contaminación transgénica del maíz campesino.

En un muestreo inicial se detectó la contaminación transgénica en Oaxaca y Puebla, aunque posteriormente también se encontró en Veracruz, Chihuahua, San Luis Potosí, Estado de México, Tlaxcala y Morelos.

Una de las causas de la contaminación descubierta y la más evidente, fue la importación de maíz no segregado de Estados Unidos y en venta a través de los almacenes de Diconsa, así como por otros importadores de maíz.

En la región de la Sierra Juárez, especialmente en Guelatao, y en la Sierra Tarahumara, se encontraron plantas deformes, que dieron positivo a la presencia de transgénicos.

“Para 1999 nos habíamos enterado de la existencia de los transgénicos, en aquel entonces era un tema extraño, casi de ciencia ficción, quién se podría imaginar que hicieran modificaciones genéticas a organismos vivos para diseñarlos a modo”, cuenta el secretario del Consejo Directivo de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca (Unosjo), Aldo González Rojas.

El activista dice que también se empezaba a hablar de la modificación de algunos granos y cereales con el fin de salvar del hambre a la humanidad, entre estos, estaban la soya, la canola y el maíz, vistos por el comercio mundial como commodities, materias primas utilizadas para elaborar otros bienes.

“Algunas empresas con el afán de incrementar sus ganancias empezaron a diseñar semillas transgénicas como el maíz bt, al que le introdujeron el gen de una bacteria que se rociaba en cultivos comerciales para combatir un gusano, así como el resistente al herbicida glifosato, para que este último se pudiera rociar en las plantaciones sin que murieran las plantas de maíz”, asienta.

De hecho, explica que las semillas de estas nuevas plantas han estado patentadas desde el principio y así nadie las pueda utilizar sin pagar las correspondientes regalías a las empresas encargadas de su diseño.

“Así empezaron estos commodities a circular por el mundo sin control, en muchos casos mezclando transgénicos con granos convencionales. Fue de esta manera que el gobierno mexicano ante el llamado de organizaciones de la sociedad civil decretó en 1999 una moratoria de facto a la siembra de semillas de maíz transgénico en México y hasta 10 años después, pero sin controlar la importación de granos transgénicos, los cuales empezaron a ingresar al país a través de Diconsa”, señala.

Expone que en los campesinos no existe diferencia entre semillas y granos, porque tanto unas como otros germinan, y ante la inexistencia de etiquetas para diferenciar los productos transgénicos de los convencionales, algunos campesinos sembraron los granos de los sacos de Diconsa. 

“Como el maíz es una planta que libera el polen desde su espiga y este puede viajar con ayuda del viento grandes distancias, los cultivos de maíces nativos que estaban alrededor se empezaron a contaminar por transgénicos”, agrega.

Por esto, resalta que la Unosjo empezó en el 2000 una campaña de información preventiva en las comunidades de la región para evitar la siembra del maíz transgénico.

“Allí les explicamos qué era un maíz transgénico, posibles implicaciones a la salud, tanto por su consumo directo como por los agroquímicos asociados al cultivo y los exhortamos a que previnieran a la población a nombrar maíz transgénico”, anota.

Aunque, observa que la Unosjo, una vez descubierta la contaminación en maíces nativos de la Sierra Juárez por transgénicos, impulsó a partir del 2001 una campaña de denuncia tanto a nivel local, como estatal, nacional e internacional, con el respaldo de organizaciones aliadas.

“En el 2002, investigadores del Instituto Nacional de Ecología confirmaron la contaminación el maíz oaxaqueño por transgénicos durante el Primer Seminario en Defensa del Maíz realizado en enero de 2002. Incluso, en los lugares de origen del maíz, las comunidades alrededor de las Cuevas de Guilá Naquitz en Oaxaca, así como de Coxcatlán Puebla, tenían problemas de contaminación de sus maíces milenarios. Esto representa una afrenta mundial de las transnacionales semilleras contra comunidades indígenas que los crearon, los han mantenido y diversificado durante alrededor de diez mil años”, afirma.

De este modo, subraya que las organizaciones civiles opuestas al maíz transgénico resultaron legitimadas en su trabajo, porque anteriormente muchos pensaban de estar hablando de locuras o tonterías, pero también dio paso a una mayor movilización.

“Esta movilización civil dio paso a la formación del Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo e Oaxaca, que fue protagonista en la organización en el año 2012 de una preaudiencia del Tribunal Permanente de los Pueblos relacionada con el maíz, la soberanía alimentaria y la autonomía de los pueblos”, refiere.

Destaca que el Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo de Oaxaca, además de establecer el 29 de septiembre de cada año como el Día Estatal del Maíz y de desarrollar conferencias, rituales, actos culturales y exposiciones gastronómicas, ha denunciado el intento de la multinacional estadounidense Mars Inc. de patentar en su beneficio las características del maíz olotón de la comunidad mixe de Totontepec, porque produce su propio alimento al sustraer nitrógeno del aire para incorporarlo a la planta, a través de bacterias encontradas en sus raíces adventicias.

“Esa variedad de maíz se encuentra presente en cientos y quizá miles de comunidades asentadas en Oaxaca y Chiapas, así como en Guatemala, por lo que patentar sus características para que una empresa lucre es un atentado contra los derechos colectivos de esas comunidades y pueblos indígenas que lo crearon y criaron Datos relevantes


Cronología

1999 

-Campesinos conocen sobre la existencia de los transgénicos.

-El gobierno mexicano decretó una moratoria de facto a la siembra de semillas de maíz transgénico en México.

 

 2000

Organizaciones campesinas, indígenas y civiles de  Oaxaca, Puebla, Chihuahua y Veracruz, entre otros estados, se organizaron para analizar la contaminación transgénica del maíz campesino.

 

2002

Investigadores del Instituto Nacional de Ecología confirmaron la contaminación el maíz oaxaqueño por transgénicos durante el Primer Seminario en Defensa del Maíz.

 

2012

Se forma el Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo e Oaxaca, que organizó una preaudiencia del Tribunal Permanente de los Pueblos relacionada con el maíz, la soberanía alimentaria y la autonomía de los pueblos.

Estados con contaminación transgénica

Oaxaca 

Puebla

Veracruz

Chihuahua

San Luis Potosí

Estado de México

Tlaxcala 

Morelos

“Como el maíz es una planta que libera el polen desde su espiga y este puede viajar con ayuda del viento grandes distancias, los cultivos de maíces nativos que estaban alrededor se empezaron a contaminar por transgénicos”. Aldo González Rojas, secretario del Consejo Directivo de la Unosjodurante miles de años”, termina.

 

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