Sofi Morales, de raíz oaxaqueña, fue asesinada en 2022 mientras celebraba su fiesta de graduación de la preparatoria 4 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la Ciudad de México donde vivía. Le colocaron cocaína a su bebida y falleció por intoxicación.
A un año y medio de su asesinato cometido el 8 de abril de 2022, su familia sigue luchando por justicia. Aunque Mauro N. fue declarado culpable por el delito de feminicidio contra la joven, el proceso aún no acaba. Buscan la pena máxima para el asesino indicó Daniel Morales, hermano de Sofi.
En una audiencia reciente -explicó- el juez encargado del caso declaró al imputado culpable por feminicidio y otros delitos relacionados con los hechos en donde hubo dos víctimas que sobrevivieron. Ellas eran amigas de Sofi. El veredicto fue un paso crucial en la búsqueda de justicia, aunque la sentencia se dará a conocer el lunes 16 de octubre a las 10:00 horas.
Daniel relató que aquél día Sofi y sus amigas acudieron a la fiesta del fin de curso en la preparatoria. Mauro N., quien no formaba parte de la comunidad estudiantil, colocó cocaína en las bebidas de Sofi y sus amigas.
Sofi, de apenas 17 años, quería ser artista plástica y de esa manera continuar con el activismo en contra de la violencia hacia las mujeres, pero sus metas se vieron silenciadas.
Por el feminicidio de Sofi, Mauro N. podría alcanzar entre 35 y 75 años de cárcel, considerando la suma de los delitos atribuidos como corrupción de menores. Mientras se aguarda la sentencia, la familia de Sofi sigue con sentimientos encontrados y la incertidumbre de lo que el futuro les depara.
“Independientemente de lo que hagamos, independientemente del resultado, no habrá nada que regrese a Sofi. No hay años de cárcel que nos la regrese. Lo único que queda es un registro, su memoria y una penalidad ejemplar para que este tipo de hechos dejen de ocurrir, eso hubiera querido Sofi”, señaló Daniel.
Este caso ha recibido atención y apoyo de la Fiscalía de Feminicidios de la CDMX y de la comunidad debido a la visibilidad y movilización que ha generado. Sin embargo, el proceso legal ha sido largo y la familia espera que la sentencia sea justa y que el veredicto final esté acorde a la gravedad de los delitos cometidos.
