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Fentanilo médico, más allá del control de dolor intenso

Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- Los usos del fentanilo en la medicina, un potente analgésico opioide y cuyos efectos principales son la analgesia y la sedación, van más allá del control del dolor intenso.

"No se puede hacer una cirugía a corazón abierto sin fentanilo. No se pueden hacer muchos procedimientos quirúrgicos sin fentanilo. La falta de fentanilo incremente la morbimortalidad asociada al evento quirúrgico", advierte Alfredo Covarrubias, director general del Centro Algia para Educación en Salud.

El anestesiólogo, especialista en medicina del dolor y cuidados paliativos, explica que el fentanilo y sus análogos de uso médico -sufentanilo y remifentanilo-, son más potentes que la morfina y se requieren dosis pequeñas para producir la misma analgesia.

"Un miligramo de fentanilo equivale a 50 o 100 miligramos de morfina. La vida media de eliminación es muy corta, por ello, se elimina muy rápido, se obtienen concentraciones en sangre más rápido".

"Los otros opioides tienen vidas muy largas y gran acumulación. Esto se asocia a un mayor tiempo de intubación. Más tiempo en quirófano es más riesgo", explica el vicepresidente del Colegio de Anestesiólogos de Tlaxcala.

 

Además, durante la pandemia de COVID-19, ejemplifica el médico, el fentanilo fue un fármaco fundamental para el manejo de la sensación de ahogo, de falta de aire en los pacientes, porque con cierta dosificación puede causar depresión respiratoria.

"Estaban en una situación crítica y se requerían fármacos que se eliminaran rápidamente, por eso muchos necesitaron fentanilo", dice.

En el caso de las enfermedades cardiovasculares, el uso del fentanilo es crucial, apunta, si los pacientes llegan a desarrollar complicaciones asociadas a padecimientos hipertensivos; una arteroesclerosis, puede condicionar trombos, que pueden ser muy dolorosos y causar eventos isquémicos.

La isquemia, que es la falta de sangre a una parte del cuerpo, como una extremidad, produce también mucho dolor, por lo que el uso de fentanilo en estos casos es fundamental.

Por otro lado, el fentanilo es un fármaco de primera línea para el manejo asociado al infarto agudo al miocardio.

"El infarto es una de las eventualidades de urgencias más dolorosas que existen. De hecho, la forma en la que se presenta en la gran mayoría de los casos es como un dolor en el área del corazón, en el área precordial, que se distribuye hacia el brazo, el cuello o la cara, este dolor tan importante requiere manejo con analgésicos potentes como los opioides", señala Covarrubias.

Dadas las características del fentanilo, que se obtienen concentraciones en sangre muy rápido y tiene una vida de eliminación muy corta, explica el anestesiólogo, se puede graduar la dosis específica que requiere el paciente mientras se está infartando y se controla el dolor, en lo que el personal médico resuelve los otros problemas asociados con la disfunción cardiaca.

"De hecho, en las guías para el manejo del infarto agudo al miocardio de la Asociación Americana de Cardiología se encuentran fármacos como la morfina y el fentanilo", apunta.

"Hay días malos y días más malos"

CIUDAD DE MÉXICO.- Los días para Brígida, quien tiene cáncer de colon, pueden ser malos o muy malos, eso depende de la actividad tumoral, pues ante el desabasto de fármacos opioides en el país, la mujer de 80 años vive con dolor permanente.

"Ella tiene dolores en todo el cuerpo. Se va focalizando en diferentes puntos. Hay días malos y días más malos; depende de la actividad tumoral, hay días muy, muy desgastantes".                             

"Ella me lo dice: 'Este dolor vive conmigo'. A veces se intensifica más. Vive con ese dolor", cuenta Norma, hija de Brígida, quien se encarga de los cuidados de su mamá.

De acuerdo con la joven, la última vez que adquirieron morfina, opioide con el que le controlaban el dolor a su madre, fue en octubre del año pasado.

"Siempre ha sido un problema obtenerlo, pero a partir de esa fecha no hay. También en el Seguro Social hay desabasto del medicamento", afirma.

Narra que su madre, quien tiene cáncer de colon desde 2020, se atendía en el Centro Médico Nacional La Raza, y cuando el medicamento empezó a escasear en el IMSS lo buscó en el sector privado, pero posteriormente tampoco fue posible conseguirlo.

Norma explica que ante el desabasto de morfina, los médicos buscaron opciones de tratamiento, y casi siempre había efectos adversos, pero el último cambió fue contraproducente. "Fue terrible. Cada cambio de medicamento le ha causado trastornos leves, pero el último con mi mamá fue muy fuerte.

"Sentía un dolor intenso, que se reventaba por dentro, lo suspendimos, su cuerpo no lo aceptó", dice.

Ante esta situación tanto el paciente como el familiar experimentan un profundo desgaste emocional, agrega Norma. "Es terrible que busques en el sector salud público y privado todas las opciones y que no encuentres el medicamento para poder suavizar un poco el dolor de ese paciente, que realmente lo ves sufrir. Hemos ido a Querétaro y a donde nos mandaban, pero... no hemos conseguido el medicamento".

 

"De hecho, en las guías para el manejo del infarto agudo al miocardio de la Asociación Americana de Cardiología se encuentran fármacos como la morfina y el fentanilo".

Alfredo Covarrubias, Director general del Centro Algia para Educación en Salud

 

"Un miligramo de fentanilo equivale a 50 o 100 miligramos de morfina. La vida media de eliminación es muy corta, por ello, se elimina muy rápido, se obtienen concentraciones en sangre más rápido".

Alfredo Covarrubias

Director general del Centro Algia para Educación en Salud

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