Pasar al contenido principal
x

Nace Lago, cuartel de cultura colectiva 

espacio-para-la-cultura
Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

Israel Sánchez/Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- Enclavado en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, con esa portentosa fachada y techumbre reflejadas en las aguas del Lago Mayor, un icono de la arquitectura capitalina resurge con el impulso de la cultura.

Se trata del edificio que por décadas ha albergado al restaurante El Lago, operado por la Corporación Mexicana de Restaurantes (CMR), que en una alianza con la galería OMR no sólo ha renovado su vocación gastronómica, sino que recupera su esplendor en busca de constituir una nueva plataforma para el arte y la cultura.

"Es un proyecto que nos ha sacado lo mejor de cada uno, literalmente, y que se trata de redescubrir este ícono de los 60, y de resignificar el edificio a través de un plan gastronómico respaldado por CMR, restaurante de pesca sostenible, consciente, que busca llevar la granja a la mesa", expuso el director de OMR, Cristóbal Riestra, durante un recorrido exclusivo para Reforma.

La alianza respondió a los tiempos.

"En el contexto de la pandemia, donde los salones de eventos no tuvieron demanda, es que surge esta idea de decir: '¿Qué pasa si los salones los convertimos en un medio cultural abierto al público, y lo hacemos de tal manera que traigamos el restaurante al siglo 21 y a la actualidad post pandémica de México y el mundo?'", compartió Joaquín Vargas, CEO de CMR. 

Así, de la propia crisis germinó, por un lado, Lago, espacio de trabajo y gastronomía, y Algo, su brazo cultural, liderado por OMR, galería ubicada en la Roma que hará extensivo el proyecto a diversos espacios.

"Lo vemos como una plataforma híbrida; invita a otros agentes culturales a desarrollar proyectos con nosotros para que vaya creciendo a partir de colaboraciones", precisó Riestra, destacando el carácter independiente del espacio.

"Lo que buscamos es un modelo híbrido que tenga una economía circular que sea sustentable, que no requiere fondos de Gobierno, ni patronatos", añadió. "Sí tendrá un consejo, un comité, para poder hacerlo más accesible, para escuchar. Al final, se trata de hacer un proyecto que tenga vocación, representar pensamiento libre".

Con una proyección conceptual que arrancó hace un año, y una restauración arquitectónica en colaboración con el estudio Naso durante el último par de meses, lo primero que la mancuerna OMR-CMR emprendió fue "un proceso de arqueología", como lo definen, destapando las capas de historia del inmueble.

Y no sólo en el sentido más literal, al ir retirando parte de las modificaciones superficiales realizadas desde los años 90 para develar la estructura original del edificio, sino también redescubriendo su origen mismo a través de la labor del historiador Mario Ballesteros.

"Se asumía que el edificio lo había diseñado Félix Candela, y está firmado por Leónides Guadarrama, pero en realidad fue diseñado por un joven de 23 años: Alfonso Ramírez Ponce (alumno de Candela), que trabajaba en el despacho de Guadarrama", relató Riestra, adelantando que está planeado que el propio Ramírez Ponce, académico de la UNAM, ofrezca una cátedra en el sitio.

Esta inmersión arqueológica y regeneración ha permitido poner al descubierto nuevamente lo que tanto para Riestra como para Vargas representa la pieza maestra, la joya del lugar ahora a la vista de todos, que es la parte interior de esa inmensa cubierta asimétrica de concreto con forma paraboloide hiperbólica.

"Ustedes son los primeros en ver esta losa completa. Lleva 30 años escondida", remarcó el director de OMR sobre la entraña de esta singular construcción, en la que han dejado sin retoque alguno las marcas que dan cuenta de las intervenciones anteriores, cual cicatrices, y que se extiende por encima de los mil metros cuadrados de restaurante y 3 mil de exhibición.

Lo primero en inaugurar este espacio expositivo de talla institucional, y que además constituye la apuesta de OMR para la Semana del Arte -del 9 al 13 de febrero-, es Form follows energy, exposición en colaboración con la galería Joségarcía.mx, presentando 45 piezas de 27 artistas.

"La muestra pasa por una serie de momentos simbólicos: fe y religión, ego, teatro, poder. Cada una consecuente que nos va llevando de la sugerencia de la memoria y el pasado hacia el presente", detalló Riestra. "De la era del antropoceno, que es el hombre al centro del universo, a la crisis, que es en lo que estamos aturdidos por nuestra política, nuestro teatro, nuestros problemas, nuestro pasado". 

Piezas de creadores como Yann Gerstberger -quien plasmó con gises un mural de 340 metros cuadrados a la entrada del lugar-, Alicja Kwade, Jorge Méndez Blake, Marie Lund, Christian Jankowski, José Dávila o el colectivo Superflex, exploran esos temas de la memoria y el tiempo, la fragilidad del ecosistema, el trauma como portal de curación y la crisis como oportunidad de cambio.

Frente a una vista privilegiada del Lago Mayor y una hilera de árboles que pronto las jacarandas teñirán de morado, Algo ofrece un espacio de reflexión inspirado en la Capilla Rothko, con una pila de cojines en forma de piernas humanas dónde descansar.

Asimismo, una mesa de trabajo donde el colectivo Torolab invitará a diferentes agentes a generar un diagnóstico de cómo limpiar, por ejemplo, el lago, o generar un ecosistema más sano.

Algo, cuyo acceso será gratuito, abrirá sus puertas al público el miércoles 9, en tanto que Lago, bajo la guía de la chef Micaela Miguel, estará abierto a partir del 12.

 

 

 

 


 

 


 

 

 

 

 

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.