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Ser madre: matar al “ogro” de la violencia y vivir la vida en libertad

Foto(s): Cortesía
Redacción

Oaxaca Juárez.- María del Rosario creció como víctima de la violencia que ejercía su padre hacia su madre; situación por la que se prometió no casarse ni tener hijos,  sin embargo la vida premió su esfuerzo para salir adelante con dos hijos que se convirtieron en inspiración para luchar por los derechos de otras mujeres.


El cálido ambiente familiar que cada noche se percibe durante la cena, la platica entre padres e hijos repletas de planes a futuro, sobre la escuela, amigos y mucho de ocurrencias, contrastan con la dura realidad de su pasado.


María del Rosario Martínez Miguel, es la Coordinadora de la Casa de la Mujer "Rosario Castellanos",  y desde este espacio también cumple el sueño otras mujeres que buscan vivir en plenitud su maternidad, una libre de violencia y en equidad con su pareja.


ORGULLOSA DE SU VIDA


Separar su vida familiar de lo laboral y viceversa es algo que María ha logrado aunque su trabajo la apasiona, y en su mente guarda mil historias trágicas, sabe que el tiempo que pase con sus hijos es lo más importante.


Como muchas otras mujeres, que deben trabajar para aportar para el sustento de la casa, Rosario sale todos los días a las 6:00 de la mañana, y regresa al hogar 12 horas después.


El trayecto de la casa a la escuela y de la escuela a la casa, en compañía de sus hijos son los mejores momentos en el día para María, confiesa. Entre más tráfico mejor, hay más tiempo para platicar sobre cómo va el día.


Cuando era niña la intimidad familiar no existió; sus metas como profesionista fueron limitadas por su padre, todo contribuyó a creer que lo mejor era no tener familia, recuerda. Por eso María se siente orgullosa de la vida que tiene y valora cada instante.


Tener la oportunidad de crecer profesionalmente, como esposa y como madre a través del grupo de ayuda de GES Mujeres, es lo que la impulsa a que otras madres puedan salir adelante.


María cuenta que cada mes recibe en su oficina a 40 mujeres, que piden ayuda psicológica y legal para separarse de su pareja y otras veces sólo le piden que las escuche para desahogarse.


"Ni en mis sueños pensé tener la vida que tengo; me siento orgullosa de la familia que tengo, de mi esposo, de mis hijos y de mí por superar mis miedos y romper el patrón de la violencia en mi familia", expresa la afortunada mujer.

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