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Pondera Gabriel Santander procacidad legítima

Foto(s): Cortesía
Redacción

MÉXICO, DF.- Gabriel Santander da un sorbo a su café y pondera: "El término caricaturesco siempre se utiliza peyorativamente, pero a mí no me molesta, porque así son mis personajes".


Anti solemne, desparpajado, el ganador del Premio Casa de las Américas 2011 en la categoría de novela defiende a los suyos. "¿Cuál es el problema? ¿En qué momento se prohibieron esos personajes en el Parnaso literario?", se pregunta.


Se refiere a Bertín, el niño genial que compone musicales; a Chanel Número 5, la señora que vive presa de un marido agente de Amway; y a Chusa Polanco, la acomplejada poeta obesa cuyos padres fueron asesinados por una empleada doméstica.


Rodeados, a su vez, por personajes igualmente estrafalarios, caricaturescos, los tres ponen en marcha la primera novela de Santander, La venganza de las chachas, descrita por los jurados del premio como una narración "desmesurada, desbordante y gozosamente eximida de las reglas de lo correcto".


"Es una procacidad legítima, es de buena lid, y eso me gusta", juzga el autor.


El premio fue otorgado hace varios años, pero la novela se edita por primera vez en México por la editorial de literatura gay Mafia rosa. Aunque no aborda directamente una temática homosexual, Santander cree que el libro encaja perfecto en el catálogo del sello.


"Yo estoy orgulloso de mi sexualidad porque creo que me permite tener un registro de humor un poquito más amplio", juzga. "Sabe un poquito a vidrios rotos la risa gay, es un poco más malévola y eso la hace más interesante".


"El humor buga es un tanto ñoño", ríe.


Debajo de las escenas de crimen, intriga y chisme de lavandería, Santander buscó una manera de mostrar su entorno sin abordarlo directamente, por lo que ubicó la novela en un país ficticio denominado Estados Unidos del Bajío.

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