A través de anuncios "colgados" en los postes de las calles, revendedores continúan haciendo su agosto con venta de boletos para la octava de la Guelaguetza.
Las personas que llevan a cabo esta práctica ofertaron los boletos al doble de su costo real, y aún así logran venderlos debido a la importancia del homenaje racial.
Vía telefónica se contactó a una persona quien a través de estos anuncios callejeros puso a la venta un número indeterminado de boletos a razón de 2 mil 500 pesos en la sección A, cuando el costo era fue de mil 121 pesos.
La dirección proporcionada por la vendedora dirigía a un establecimiento de venta de mochilas ubicada en la calle Flores Magón.
En la venta realizada vía Tiket Master y en taquilla los boletos para la sección “B” costaban 908 pesos pero alcanzaban hasta 2 mil pesos en reventa. En el palco C, que antiguamente era de acceso gratuito, los boletos fueron vendidos “para realización de obras de caridad”, según lo informó el gobernador Alejandro Murat Hinojosa. La zona D no tuvo costo alguno.
Para la mayoría de quienes habitan en Oaxaca cada vez es más difícil poder presenciar el homenaje racial, que surgió como una manera de hermanar a los pueblos.
La venta de boletos para asistir a la máxima fiesta de los oaxaqueños fue abierta del 1 al 30 de julio. Los boletos, de acuerdo con la Secretaría de Turismo, quedaron agotados en tiempo récord.
Sin embargo la mayoría fue acaparada por agencias de viajes y revendedores quienes ofrecieron los boletos al doble y hasta el triple de su costo.
Profeco, dormida
A pesar de los abusos, la delegación de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), a cargo de Rebeca Cervantes, se ha mantenido ausente en el tema.
En distintas ocasiones y por distintas vías se ha solicitado dar información sobre los abusos durante la festividad de la Guelaguetza, pero la delegada se ha negado a hablar.
